Aprendiendo a enamorarnos

Capítulo 4

Preguntas y mentiras

A Severus le dolía el estómago por reír, llevaba al menos diez minutos haciéndolo junto a sus amigos, Lucius, Rabastan y Regulus, éste último tenía incluso lágrimas en los ojos. El objeto de diversión de todos en la habitación reposaba en una mesa frente a ellos, en primera plana de la revista corazón de bruja una foto de un muy molesto Sirius Black, luciendo su perfecta y brillosa melena con mechones verdes y plateados.

—¿Nueva moda o falta de estilo? —repitió por tercera vez el título del artículo Regulus

—Basta, basta —pidió Lucius entre risas —quiero saber cómo pasó.

Solo de pensar como había pasado le daba más risa. Aquel día después de que Tom le propuso vengarse del perro pulgoso, idearon un plan rápido y efectivo. Primero Severus fingió ir al baño, después Tom chocó con un camarero, lo que le dio la oportunidad al pelinegro de acercarse lo suficiente a la mesa de Black sin que nadie le prestará atención, así logro lanzar el hechizo que dejo su cabello con los colores de Slytherin. Para cuándo el afectado notó el daño, ya era demasiado tarde, Tom y Severus estaban lejos, pero no tanto como para no escuchar el gritó de frustración y coraje que soltó. Una excelente primera cita.

Entonces dejó de reír, no podía contarles la historia, aún no quería hablarles de Tom. Sabía que harían mil preguntas, a las cuales él aún no tenía respuestas y peor aun querrían conocerlo, era demasiado pronto para presentarlo con sus amigos.

—No lo sé, —mintió —yo solo vi el artículo y luego los llame para reír juntos un rato.

—¿Desde cuándo lees corazón de bruja? —lo interrogó Rabastan

—No lo hago, vi la revista en la calle y me percate de la cara de Black en ella, eso es todo.

—Siempre he creído que estás muy al pendiente de lo que hace ese tipo, —señaló Lucius —¿no estarás enamorado de él, Sev?

—Que terrible chiste.

—No es imposible o difícil de creer —lo apoyo Rabastan —¿o por qué no nos presentaste ese misterioso novio que tuviste en tu sexto año? Quizás porque era Black.

—Quizás porque nunca fue mi novio, solo fue sexo y no era Black.

—Sabes que puedes confiar en nosotros, —insistió el rubio —no hay nada de que avergonzarse.

Antes de que alguien agregará algo más Regulus intervino —por favor chicos, no tengamos está discusión otra vez, ya no es divertido. Acéptenlo, Sev, no nos dirá quién fue.

—A puesto que Cissy lo sabe —comentó Lucius 

—Aunque así fuera ella nunca te lo diría —sentenció Regulus

Con eso el tema se zanjó y cambiaron a otros, como el posible compromiso de Rodolphus y Bellatrix, no pasó por alto para ninguno las muecas que hizo Rabastan al contarlo, pero prefirieron no señalarlo. Comenzaron a hablar de que estaban haciendo y dónde algunos de sus excompañeros. Mientras hablaban Severus se dijo mentalmente que más tarde tendría que agradecerle a su amigo no solo por guardar su secreto, sino también por salvarlo de hablar del tema.