Aprendiendo a enamorarnos

Capítulo 8

Amigos y felicidad

El matrimonio Malfoy observaba como un Severus sonriente limpiaba por tercera o cuarta vez la vitrina principal de su local recién inaugurado. No es que antes no lo hubieran visto sonriendo, pero las sonrisas de Severus eran raras, reservadas para ocasiones especiales, como el día que recibió las calificaciones de sus Extraordinarios o el día que se mudo de casa de sus padres, sin embargo la sonrisa de hoy era constante, enorme y lo hacía ver radiante.

La razón de su felicidad era debido al hombre con el estaba saliendo. Está mañana, cuando aún no abría la tienda Tom apareció con un ramo de girasoles. Le contó que está día era la junta donde cada departamento en el ministerio presentaba su informe mensual, por lo que no podría visitarlo o estar en su inauguración, a pesar de que Severus le aseguro no era tan importante, Tom insistió que le encantaría estar con él en ese momento especial. Después de un par de besos como compensación por su futura ausencia, se despidieron con una enorme sonrisa, la cuál aun no abandona el rostro de Severus.

—Sev, ¿hay algo que quieras contarnos? —preguntó Lucius

—Nada, Lu.

Antes de que pudiera replicar Regulus entro al lugar —siento la tardanza estaba… —se interrumpió así mismo al ver a su sonriente amigo —¿es su cumpleaños?

—No —contestaron al mismo tiempo la pareja

—¿Se murió Dumbledore?

—No.

—Ya se, ¿despidieron a Rita Skeeter del profeta?

Severus rio —ojalá. Simplemente estoy feliz, ¿acaso eso es tan extraño?

Los tres magos se miraron entre ellos, no era raro ver feliz a su amigo, lo raro era verlo expresarlo tan abiertamente.

—Lo sentimos, solo queremos…

Antes de que Narcissa terminara él la interrumpió —solo se preocupan por mi, lo entiendo. Cuando esté listo les contaré todo —les prometió

Después de una corta charla ambos pelinegros se quedaron solos, ya que Narcissa y Lucius solo habían pasado a despedirse, viajarían a Francia para celebrar su primer aniversario de bodas.

Antes de hablar Regulus se aclaró la garganta —sabes, creo que ya fue suficiente castigo para el idiota de mi hermano, —soltó —deberías quitarle el hechizo.

Severus se giró para observarlo, la confianza natural de su amigo no estaba —¿enserio eso es lo que piensas? —inquirió, como respuesta solo hubo una mueca —dile que el contrahechizo es ponerse de cabeza y girar tres veces.

Eso le saco una sonrisa a Regulus —no es tan, tan idiota.

—Que se disculpe y después hablamos.

—Sabes lo orgulloso que es, nunca lo haría —soltó un suspiro de frustración

—¿Por qué me lo estás pidiendo, Reg? Él no se ha atrevido a buscarte en todos estos años, —su amigo solo desvío la mirada —fue Potter quién te convenció de que me lo pidieras —concluyó

—¿Importa quien me lo pidió? Yo te lo pido a ti, Sev… —el nombrado negó con la cabeza —por favor Sevy —junto ambas manos para suplicar

Manipulación, eso era y Severus lo sabía, sin embargo nada podía negarle al que consideraba su hermano cuando lo llamaba Sevy y ponía esa cara de angelito que no rompe ni un plató.

—Esta bien.

—¡Sí! —grito triunfante —eres el mejor.

Negó con la cabeza —Reg… —quiso decirle a su amigo que no confiara en Potter, merecía algo más que una relación a escondidas, no quería verlo lastimado, mas no sé atrevió, —no quiero nadie se entere —dijo en su lugar y el otro solo asintió sonriendo

Ya lo habían hablado una vez y su amigo dejo muy clara su postura, confiaba en aquel idiota con los ojos cerrados. Tal vez solo necesitaba confiar en Regulus, después de todo si Potter lograba el mismo tipo de sonrisa que Tom lograba en él, quizás no era tan malo.

[Dato extra; los girasoles significan admiración y adoración. Por lo tanto Tom le está diciendo a Severus —Te admiro y te adoro—]