Quiero estar contigo
Tom observaba con atención y estudiaba el comportamiento de Severus en silencio, mientras esté le servía vino.
Desde que se encontraron en el callejón Diagon para ir a cenar Severus había actuado raro, la enorme sonrisa que siempre se dibujaba en su rostro está noche no duró más que un par de segundos, sus ojos buscaban cualquier pretexto para mirar cualquier cosa excepto a él y la tensión en sus hombros parecía dolorosa.
Lo primero que supuso fue que había tenido un día difícil, no se habían visto los dos días anteriores ya que él hizo horas extras para deshacer el cúmulo de papeles en su escritorio (consecuencia de faltar un par de días). Deseo poder ayudarlo a relajarse y distraerse un rato.
A mitad del camino el pelinegro decidió que no quería cenar en un restaurante, así que terminaron en el departamento de éste bebiendo un poco de vino, o al menos Tom bebía, ya que el líquido en la copa contraría no había reducido ni un mililitro.
—Tenemos que hablar —soltó Severus
Eso no se escuchaba nada alentador —¿Sobre…?
—No sé por donde empezar —con ambas manos se cubrió el rostro —no he hecho esto antes.
—¿Ya no quieres verme? —preguntó lo primero que se le vino a la mente
De inmediato Severus bajó sus manos y lo miró sorprendido —no, quiero verte sin ropa —en cuanto terminó de hablar se sonrojo
Tom parpadeó, tardó más segundos de los le gustaba admitir asimilar aquellas palabras. No pudo hacer nada para evitar el sonrojo que cubrió su rostro, pero ¿por qué siquiera se estaba sonrojando? No era la primera vez que alguien le proponía tener sexo.
—Tú no quieres, —su voz estaba llena de angustia y algo más, miedo —¿verdad?
Entonces lo entendió, estaba sonrojado e incluso más apenado que el propio Severus simplemente porque se trataba de él, la persona de la que está enamorado. Tenía miedos e inseguridades y sin embargo, nada de eso importaba cuando se trataba de estar a su lado.
Sonrió —sí quiero, pero…
—No me gusta como se escucha eso.
Con toda la paciencia que tenía Tom se levantó de su lugar, caminó hasta quedar a su lado, tomó sus manos, lo hizo girar sobre su asiento para quedar cara a cara y se arrodilló.
—Severus, yo quiero estar contigo de todas las formas posibles, no es algo de lo que tenga dudas.
—¿Todas?
—Absolutamente todas, pero en este instante no estoy listo para tener intimidad, —la frente del pelinegro se frunció —todo lo que hemos vivido hasta ahora, para mí ha sido completamente nuevo. Antes de ti no había tenido ninguna cita, no había disfrutado de besarme con nadie, no había deseado estar con alguien.
—¿Por qué no me lo habías contado?
—Estoy aprendiendo sobre la marcha lo que siento por ti, lo que es esto. Voy un paso a la vez y por ahora el siguiente paso es pedirte que seas mi novio.
Todo rastro de preocupación, nervios, vergüenza o miedo desapareció del rostro de Severus y en su lugar solo quedó la bonita sonrisa que siempre le regalaba solamente a él.
—Acepto ser tu novio.
—¿Estás seguro? Nos conocemos muy poco y aún hay cosas que no sabes de mi.
—Tom, nos seguiremos conociendo sobre la marcha. Un paso a la vez.
Cuando ambos se levantaron, de la silla y el suelo respectivamente, Tom rodeó la cintura de su novio, éste acomodó sus brazos en su cuello y se besaron con ternura, pasión y sobre todo amor.
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Aprendiendo a enamorarnos
FanficUn destello lo llevo a aquella tienda en el callejón Diagon, lo que lo mantuvo ahí fue el chico de piel pálida y ojos hermosos. Solo compartieron un par de palabras y eso fue suficiente para que Tom quedará completamente flechado. Quizás el destino...