Una reunión del terror Parte 12

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Guardé en el computador todos los cambios que había hecho, tratando de dejar lo más impecable la información y los gráficos que detallaban toda mi intervención en el sistema.

También tenía respaldos en mi portátil, de todo lo que había programado y que debería ser incluido en el proyecto final para las pruebas. No me faltaba nada. Así que me dirigí con confianza a la reunión.

A la cabecera de la mesa estaba el accionista, y uno por uno fueron presentando todos sus avances. Yo por ser la más nueva quedé para el último.

Cuando fue mi turno, conecté el portátil al proyector para empezar con mi presentación. Luego de que la pantalla mostrara el escritorio de mi computador noté algo raro.

La pantalla no mostraba ningún ícono de todos mis archivos. Así que me dirigía al computador para ver si estaba configurada bien la salida hacia la pantalla. Sentí un escalofrío al darme cuenta que en mi computador no había un solo archivo de todo mi trabajo.

Nerviosa me puse a buscar en la papelera del sistema operativo, pensando que quizás por error el contenido había pasado allí, aunque era imposible que eso pasara solo si estuviese infectado por un virus que no era el caso.

Estuve unos minutos nerviosa buscando por todos lados, dónde están las copias de mi trabajo y mi equipo estaba como si recién lo hubiesen formateado. No había absolutamente nada.

Quedé paralizada, un sudor frío corre por mi frente.

— Creo que tengo un pequeño desperfecto en el equipo. Sí por favor me pudieran esperar unos minutos — dije con voz entrecortada.

Rogaba por que fuera un error del sistema operativo y reinicié el computador.

Mientras el accionista puso su mejor cara de molestia, mientras miraba su reloj y comenzó a tamborilear los dedos sobre la mesa.

Mis compañeros estaban expectantes, me acompañaban en el nerviosismo. Y para mí desgracia al encender de nuevo el equipo el escritorio del sistema operativo nuevamente se mostraba vacío.

— ¿Qué pasa July? — dijo mi jefe Bill

— No entiendo qué pasó, pero mi equipo está vacío, mi trabajo sencillamente desapareció. El antivirus no reporta nada raro en el equipo y estoy segura de haber hecho respaldo de todo lo que hice. Mi trabajo de semanas tenía copias en este equipo. Pero por alguna razón que no me explico no está. — respondí

— ¿Está tratando de decir que su trabajo sencillamente se esfumó de su equipo? ¿Que, aunque su equipo no presenta ninguna evidencia de estar contaminado con virus la información no está? — preguntó con tono escéptico el accionista

— ¿Alguien más ha perdido información en el equipo? — volvió a preguntar el accionista a todos los que estaban ahí

Todos negaron que hayan perdido información.

— Entonces el problema es solo suyo; — dijo el accionista — ¿por qué no me dice la verdad, realmente tenía esos avances? ¿O es una simple excusa para que le demos más tiempo para terminar su trabajo?

— Pero si llevo semanas trabajando en esto, de hecho, mostré algunas partes que ya tengo listas a mi jefe directo —respondí angustiada

— Si de eso soy testigo señor Jefferson — dijo mi jefe Bill

— ¿Y el resto sencillamente voló? Jamás había visto tanta falta de profesionalismo. ¿Acaso se dignó hacer alguna otra copia en el servidor por ejemplo? — dijo con tono evidentemente molesto el accionista y no me quitaba la mirada directo a mis ojos

— Si tengo una copia, pero es de días anteriores, tendría que rehacer lo que hice en los últimos días en esas copias — contesté sin saber qué hacer

— O sea que ni siquiera hace copias diarias de un trabajo que es tan importante como este — sentenció el accionista y respiró como asqueado

Nadie respiraba en la sala, todos daban ya por hecho que había perdido mi lugar de trabajo.

Me sentí completamente descolocada ante la situación. Jamás había vivido algo así. Desde que era estudiante me inculcaron la necesidad de hacer copias del trabajo que uno hace, precisamente porque los sistemas no son algo físico y es relativamente fácil perder el trabajo de muchas semanas. Sobre todo, por desperfectos que uno no puede prever.

— Usted vea Bill que hace con esta señorita, pero para mí no está llevando el ritmo del resto del equipo. En verdad creo que esto es una excusa bastante patética, para tratar de justificar su atraso. Porque seguramente se la pasa de charlas y chistes con sus amigas por teléfono en lugar de trabajar. — y me miró con desprecio.

Todos quedaron descolocados al escuchar lo que decía el accionista.

Yo ya daba mi trabajo por perdido. No podía creer lo que me estaba pasando. Comenzaba a sospechar que alguien había intervenido en mi equipo.

— Tengo más cosas que hacer — el accionista se levantó de la mesa y se dirigió a su oficina sin despedirse de nadie

— Tenemos que hablar July — dijo mi jefe

Y el resto de mis compañeros me miraban ya como una difunta.

Cuando entré a la oficina de mi jefe no sabía que decir.

— ¿Qué pasó hija? — dijo con tono comprensivo mi jefe, pero angustiado

— Le juro que no lo sé, minutos antes de entrar a la reunión estaba dando los toques finales a la presentación, y le juro que todos los archivos estaban ahí. No faltaba nada. Estoy completamente segura de eso. Sabía lo importante que era esta reunión. De verdad que no iba a salir con una excusa así en caso de haber estado atrasada — le dije sinceramente a mi jefe

— No sé de qué manera arreglar esto July — se tomó con ambas manos su cabeza — cuántos días perdiste con lo que pasó.

— Por lo menos dos semanas de trabajo jefe — y mi estomago se revolvía

— No puede ser, esto es una pesadilla, y justo le estamos viviendo en presencia del accionista más importante— dijo Bill.

— No quiero causarle problemas jefe, si debe tomar alguna acción hágalo, no se sienta culpable.

— Claro que no voy a despedirte July — dijo mi jefe — en el tiempo que llevas conmigo has sido una buena trabajadora, esto solo es un desagradable accidente. Voy a hablar con el señor Jefferson, que en última instancia te deje hacer horas extras para ponerte al día. ¿Crees que podrías trabajar horas extras para reponer el tiempo perdido más rápido?

— Sí jefe, me quedaré hasta la medianoche si es necesario, voy a entregar ese trabajo como sea — respondí decidida

— Está bien voy a hablar con él — y respiró profundo para ir a defenderme con el Drácula

Mi corazón estaba pendiendo de un hilo mientras estaba en mi oficina y mi jefe hablaba con el accionista.

Miraba de reojo, el accionista se veía con una actitud arrogante, sentí pena de mi jefe al tener que estar rogándole a este hombre que no me despidiera. Y también sentí impotencia, porque sabía que no era mi culpa. Pero no lograba pensar quién podría causarme semejante daño.

En caso de que alguien realmente se hubiese metido a mi equipo para borrar mi trabajo. Me llevaba bien con todos mis compañeros. Según yo no tenía ningún enemigo.

Mi jefe salió de la oficina del accionista y se dirigió a la mía.

— okay July, trabajarás horas extras para recuperar todo lo que se perdió y entregarlo en el menor tiempo posible. Si sales tarde de la oficina veremos que alguien te acerque a tu casa. Serán días agotadores para ti. —Me dijo preocupado

— Gracias por intervenir jefe, voy a dar todo mi esfuerzo para no dejarlo mal — le sonreí melancólica.

Me dispuse a ir a buscar un café, ya que tendría días agotadores. Y este sería el primero.

Mi primera acción fue descargar la copia que tenía desde hace días y nuevamente comenzar a trabajar, rehacer todo lo que con tanto esfuerzo había hecho. 

Me enamoré del feítoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora