Un final poco convencional Parte 35

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Llegó el día de la boda. Y lamento desilusionar a las lectoras, pero no use un aburrido vestido blanco.

Declan y yo, fuimos vestidos cómo Anakin y Padme. A él le quedaba muy bien el negro y los vestidos de Padme cuando no estaba combatiendo son preciosos.

El padre de Declan estaba un poco avergonzado de nuestra decisión en cuanto a la ropa. Pero ya estaba resignado a nuestro estilo friki.

Nos pusimos las alianzas y nos besamos ahora como marido y mujer.

Nuestros amigos estaban emocionados, la fiesta fue realmente hermosa.

Y dado que no queríamos que me expusiera a algún problema con el embarazo decidimos posponer la luna de miel.

Un día en la oficina sentí correr un líquido entre mis piernas.

Abrí mis ojos grandes como platos y miré hacia la oficina de Declan. El cortó la conversación que tenía por teléfono y al entrar y ver como tenía mojado mi pantalón maternal entendió que había llegado la hora.

Salimos con su auto y yo más que por las contracciones me preocupaba que no condujera tan rápido.

— Cálmate Declan todavía hay tiempo

— okay — me dijo nervioso

— Declan estás subiendo la velocidad otra vez

— Lo siento amor

— ¡Declan te pasaste un semáforo en rojo! ¡Sino te calmes voy a tener que conducir yo!

Menos mal el hospital estaba cerca ya estaba que lo quitaba del volante.

El parto no pudo ser natural. Aparentemente el bebé había heredado la contextura de Declan y era muy grande.

Tuvieron que hacerme cesárea.

Dejaron pasar a Declan para presenciar como sacaban el bebé.

Casi se tambaleo al ver toda la sangre, pero hizo un gran esfuerzo para permanecer de pie.

Luego de un rato que limpiaron el bebé lo pusieron en mis brazos.

Me alegré tanto que hubiera nacido sin ninguna enfermedad. Era un milagro.

Ya cuando me llevaron a descansar a mi habitación, con Declan mirábamos a nuestra pequeña.

Nació con sus ojos azules, y lo raro es que tenía su cabello negro y bastante largo.

— Creo que va a ser una pequeña brujita — le dije mirando su pelo

— No mira su seriedad, es una pequeña vampiresa —dijo Declan

El padre de Declan no quería soltar a su nieta. Jamás lo había visto tan feliz.

Y mis amigos no dejaban de sacarse fotos con ella.

Tratamos en lo posible que nuestros hijos formaran lazos de amistad tan duraderos como los de nosotros.

Sabiendo lo importante que es el apoyo a tan vulnerable edad.

El tercer libro de Declan fue un compendio de todo lo que fue su vida debido al abuso o matonaje escolar, y estaba escrito tanto para ser guía para jóvenes que no saben afrontar el problema; como para abrir los ojos de los padres a fin de que no fueran ciegos ante esta situación. Que muchas veces viven los niños en forma silenciosa.

Y qué más puedo decir.

Vivimos frikimente felices para siempre. Haciendo espacios en nuestras agendas para no tomarnos las cosas tan en serio y seguir haciendo locuras.

El mejor remedio para un alma rota es darse el derecho si quiere a ser distinto, pero principalmente buscar siempre momentos para reír, reír es el mejor remedio. Alejarte de los que solo aportan veneno a tu vida y rodearte de gente que vea las cosas distinto. Porque los que piensan distinto por lo general van contra la corriente luchando por lo que es justo. 

Me enamoré del feítoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora