— Hay que ser realistas Declan, ambos hemos cambiado mucho. Primero debes sentirte mejor, para pensar mejor las cosas. Y luego ver si todavía nos soportamos. No puede haber ni odio ni rencor en una relación. Eso no es bueno ni sano para nadie. —traté de que entendiera
Él se acercó hasta donde estaba yo y me dijo.
— Es verdad, cuando no sabía lo que realmente había pasado te odié durante años. Pero eso terminó. Dirigí mi rabia a quién realmente la merecía July.
— Si sé, le destrozaste la cara Michael.
— Tú sabes que lo merecía — me dijo mirándome fijo
— Pero ahora que somos adultos debemos resolver los problemas de otra manera, ya no somos niños Declan...
— Es verdad —y se acercó a mi suplicando— déjame darte un beso July, de verdad lo necesito.
— No creo que sea buena idea Declan, en el estado en que estás. Eso solo te va a confundir más.
— Por favor July, no seas egoísta —me rogaba con su mirada tan triste
Dudé unos segundos que fuera buena idea. No quería que se ilusionara. Quizás solo estaba confundido por los recuerdos.
Entonces él empezó a acercarse aún más a mí.
— Todavía no te he dicho que sí Declan — Le advertí
Pero él no me escuchó, me abrazó con fuerza y empezó a besarme con desesperación. Que casi no me dejaba respirar.
Luego soltó mi boca y me dijo sin soltarme de la cintura
— ¿Acaso ya no sientes nada?
No podía mentirle, su contacto me estremecía de la misma forma que en el pasado, entonces no dije nada.
Él puso su mano sobre mi pecho para sentir los latidos de mi corazón y por primera vez en mucho tiempo lo vi sonreír.
— Ahí sigue mi July — dijo con una sonrisa de oreja a oreja, y esta vez sus fríos ojos azules destellaban una luz nueva.
No me di cuenta en qué momento me levantó en sus brazos comenzó a subir por las escaleras. Al parecer tenía planeado llevarme hasta su habitación.
— No Declan, ¡bájame!. — le ordené
— Te prometo que pararé si te sientes incómoda.
Abrió la puerta de una gran habitación y me tiró sobre la cama.
— Ya me siento incómoda Declan —le reclamé
— Todavía no te he hecho nada —se justificó
— Espera un poco y después reclamas — rio juguetonamente
Ahí estaba de nuevo el accionista presionándome, imponiéndose.
— Te duró poco la sensibilidad Declan. ¿Tan pronto desapareció el niño poeta?
— No soy insensible July, solo me he vuelto más decidido, y quizás más obsesionado.
Mientras se quitaba la ropa dejando su torso desnudo decidí que era hora de irme. Sentía que me estaba aprovechando de alguien que emocionalmente estaba vulnerable, a pesar de que por fuera pareciera un hombre muy fuerte.
—Ya te dije, cuando te vea un médico hablaremos. —le dije seria
— ¡No quiero hablar ahora, deja de ser tan terca July!
Y no dejó que me parara, más bien se puso sobre mí y nuevamente toma mis muñecas.
— Tú dices que yo debo dejar atrás el pasado, pero yo solo quiero volver a recordar. —me dijo poniendo su frente pegada a la mía.
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Me enamoré del feíto
RomanceEsta historia de amor no es como cualquier otra. Pues en su mayoría tratan de bellas damiselas y apuestos príncipes, que están destinados a estar juntos por sobre todas las cosas. Y se olvidan que los feos también se enamoran, se obsesionan, se apas...