Era imperante que me fuera a mi nuevo trabajo. Su padre debería esforzarse esta vez por estabilizar los sentimientos y la mente de su hijo. Y aunque suene egoísta, sentía que eso era un trabajo de padre e hijo, ya que su vida trágica comenzó mucho antes de conocerme a mí.
Tenía que poder establecer en su mente, si realmente era amor lo que sentía, o solo estaba obsesionado por llenar su soledad a toda costa usándome a mí de pretexto. Y para que pudiera aclarar su mente y lo que sentía, yo debía estar lejos, mi presencia solo lo alteraba.
Llego el día viernes y mis compañeros me tenían una torta y algunas cosas para celebrar mi despedida.
Fue una convivencia agradable. Pero triste a la vez. En realidad, no quería dejar el lugar, me sentía muy a gusto. Pero lo más difícil era lidiar con el recuerdo de Declan. No podía quitar el recuerdo de nuestra última noche. Y resonaba en mi corazón lo que dijo: "Nos robaron nuestra vida July".
La mayoría de los amores de la juventud, son más desechables de la memoria porque es producto del volcán de hormonas que nos dominan. Simple química que pasa con el tiempo. Pero lo nuestro con Declan era distinto. Ambos éramos los feos y rechazados. Almas rotas que nos unimos porque no teníamos nada más a nuestro alrededor que no fuera abandono, pena, muerte y abuso.
Y cuando un ser humano esta tan desesperado por amor, el día que lo encuentra sencillamente no puede volver a soltarlo. En nuestro caso, la maldad humana nos separó violentamente y por años.
Ya estábamos a la mitad de la vida, y salvo la situación de Declan en lo económico, seguíamos siendo los mismos desamparados.
Me dirigí a mi nuevo trabajo, no estaba muy lejos de donde deje a Declan, sería fácil ir a verlo los fines de semana cuando el doctor lo estimara conveniente.
Me acomodé en mi nueva oficina, no era tan bonita como la que tenía antes, pero esperaba que aquí por lo menos no tuviera que lidiar con tanto drama.
Llamaba un rato todos los días a mi madre y le leía por las noches algunos fragmentos de sus libros favoritos.
Decidí posponer la compra de mi casita, ya que necesitaba más urgentemente un vehículo para desplazarme, ahora tenía dos convalecientes que visitar.
De pronto recibí una llamada, era un numero privado.
—Hola — contesté
Pero al otro lado solo se escuchaba una respiración.
—Hola, conteste o voy a colgar.
— Hola July — era Declan — ¿por qué no has venido a verme como prometiste?
— Hola Declan, el Dr. todavía no me da su autorización, pero seguro pronto la dará. ¿Qué te gustaría que te lleve?
—Solo te quiero a ti July, lo demás me lo puedo comprar solo — noté demasiada seriedad en su voz
—¿Estas bien?
—Como estaría cualquier loco encerrado — dijo irónico
—Declan, todo el mundo necesita ayuda médica alguna vez, nadie está diciendo que estés loco – le dije en voz suave —pero pone algo de tu parte.
—Tampoco has tenido tiempo de llamarme, ¿eso también te lo prohíbe el doctor? — preguntó enojado
— Cualquier tipo de interacción Declan, por favor el tiempo pasa rápido, solo relájate.
—¿Ya tienes amigos en tu nuevo trabajo? — empezó a interrogarme
— Si compartimos con algunos en el almuerzo, pero extraño mi oficina de antes — respondí honesta.
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Me enamoré del feíto
Roman d'amourEsta historia de amor no es como cualquier otra. Pues en su mayoría tratan de bellas damiselas y apuestos príncipes, que están destinados a estar juntos por sobre todas las cosas. Y se olvidan que los feos también se enamoran, se obsesionan, se apas...