Capítulo 24

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Estaban a sólo minutos de dar inicio a la primera clase del día pero ni Niall ni Harry tenían señales de Liam. La idea de que hubiera vuelto a escapar con Zayn fue algo qué pasó por sus cabezas, pero no podían creerlo posible; sabían que se querían demasiado, pero estaban seguros de que Liam no podía faltar a clases dos días seguidos, conocían muy bien a su amigo.

Ninguno de los dos comentaba nada, miraban la puerta esperando ver al castaño entrar; pero ya comenzaban a sentir que los minutos se volvían más y más lentos.

Cinco, cuatro, tres minutos restantes y Liam no llegaba, hasta que llegaron a los dos minutos y su amigo apareció en la puerta, mirando al suelo, encendiéndose, queriendo ser invisibles. No entendieron nada hasta que él llegó junto a ellos y notaron -aunque Liam esperaba que no- el gran moretón que se dibujaba en su pómulo izquierdo.

—¡Liam! —gritó Niall aterrorizado—. Tu mejilla.

—Por favor, no grites —pidió con un hilo de voz—. Sólo ignóralo. Finge que no tengo nada.

—Liam, tienes un golpe en la cara —apoyo Harry con preocupación—. Fingir que no pasa nada seria una estupidez de nuestra parte como tus amigos que somos.

—No es una estupidez si yo sé los pido. Sólo ignórenme.

Harry y Niall se miraron con incredulidad ante las palabras de Liam. No podían creer como Liam prefería callar antes de cuidar de si integridad. Y por lo mismo, no tuvieron que preguntar el por qué ni quien era el responsable de esa marca en su rostro. Lo sabían perfectamente.

El profesor entró al aula saludando, como todos los días, y a pesar de que no habría sido su intención evidenciar la marca de Liam, lo hizo al quedarse callado y mirándolo fijamente. Y es que era imposible no verla, pues hacía un enorme contraste con su piel.

Así pasó con todos sus profesores, pero ninguno se preocupó lo suficiente como para preguntarle qué le había sucedido. En cambio, Harry y Niall, y sobre todo el segundo de estos, se pasó todo el tiempo que no estuvieron ocupados insistiendo que debían hacer algo. Pero Liam siempre se negaba.

Liam agradeció enormemente cuando las horas escolares terminaron. Sólo tendría que esperar a que el chofer llegara por él, y así, no tendría que seguir soportando las miradas de todos sobre su rostro.

Los tres se dirigían hacia la entrada del instituto en un silencio enorme. Harry y Niall pensaban tantas cosas que Liam creía que no dirían, pero como siempre, Niall no podía quedarse callado.

—Liam, tenemos que ir la estación de policía y reportar esto. Ya son dos veces que lo hace, y no quiero que exista una tercera. Me importa muy poco si es el prestigiado Geoff Payne, aún si fuera la reina Isabel II, tenemos que hacerlo.

—No voy a hacerlo, Niall. Y quiero que pares de insistir. No tienes por qué preocuparte.

—¿¡No tengo por qué!? ¿¡Hablas en serio!? Mi
mejor amigo tiene un golpe en la cara, y el hombre que lo golpeó vive en la misma casa que él. ¡Es obvio que voy a preocuparme! Harry y yo pensamos que debes decirle a la policía, reportarlo como una violencia intrafamiliar. Díselo, Harry. Dile que tú también lo crees.

—Ya basta —pidió Liam—. Por favor. Sólo ignórenlo, en unos días estaré bien, como si nada hubiera pasado. No hay necesidad de hacer... ¡Por Dios! ¡Es Zayn!

La mirada de Liam se enfocó sobre su novio a unos metros al otro lado de la calle, sobre su moto, esperando por él.

—¡Estoy seguro que Zayn me apoyará! —declaró Niall caminando hacia donde el mayor se encontraba.

—¡No, Niall! —tomó su mano—. No le digas nada a Zayn. De hecho, no quiero verlo. Por favor, pídanle que se vaya. Dígale lo que sea para que se vaya.

Graffiti Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora