Capítulo 26

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Era la tercera vez que Shawn contaba el dinero, y cada vez que veía los billetes en sus manos recordaba a esa mujer, a su madre.

Antes, Shawn ya había tenido la idea, pero no contaba con el dinero necesario para realizar su plan. Ahora tenía el dinero, tal vez no era el total que sabía que tendría que pagar, pero era lo suficiente para comenzar.

Con el regreso de su madre, existía una gran posibilidad de que Lila fuera apartada de él también regresaba. Pero esta vez se prepararía para pelear contra ella. Haría lo que pudiera hacer para cuidarla, y buscar un abogado en ese momento era la opción más segura.

No sabía cuánto podría cobrarle un abogado por representarlo, pero suplicaba que encontrara a alguien que no fuera un imbécil creído que se negará a ayudarlo por la falta de dinero.

Pensar en que no podría comprar algo para su hermana le ponía triste. Pensó que por primera vez en toda su vida podría llevarla a un parque acuático o comprarle algún juguete que ella realmente quisiera, pero esto era más importante. Prefería asegurarse de que su hermanita estaría con él sin que nadie tuviera el derecho de quitársela.

—Pero, ¿dónde podré encontrar un abogado? —se preguntó a sí mismo en voz alta.

Con un gran suspiro y llevó sus manos a su cabeza para liberar un poco de la presión que sentía. Era un estrés constante, después de haberlo vivido una vez, ya no podía olvidarlo.

Tan joven con tantas presiones, como si fuera un adulto. Louis y Zayn también tenían presión, pero ellos no estaban solos, tenían a sus familias; Zayn a sus padres y Louis a su padre. Pero él, él sólo se tenía a sí mismo. Él era quien debía ser fuerte por él y por su hermana. No se quejaba de eso, Shawn estaba dispuesto a dar la vida por su hermana si era necesario. Él sonreiría para que Lila no llorara, aún si él estuviera destrozado por dentro.

Dejó de pensar tanto, pues sentía que su cabeza se calentaba y palpitaba por cómo sus pensamientos acaban como bombas en plena guerra. Era una batalla sin piedad, donde si él no ponía un alto, el único en perder sería él mismo.

Por segunda vez, soltó un enorme suspiro y guardando todo el dinero de nuevo en el sobre, lo puso en uno de sus cajon de ropa. No era porque no confiara en Niall o porque quisiera evitar que Lila lo tomara, era simple costumbre. Guardar el dinero entre la ropa era lo que él hacía antes para evitar que las parejas de su madre se robaran su dinero, o para que su madre no se los entregara a los hombres. Era una costumbre muy arraigada.

Salió de la habitación hacia la sala donde sabía se encontraba su pequeña hermana, viendo una película de dibujos animados.

Camino hasta ella y se sentó a su lado, pasando su brazo sobre los hombros de su hermana para acercarla a su pecho.

—¿Qué película ves, hermosa?

—Es una película de dragones. Mira —dijo señalando hacia la pantalla—. Ese drago negro todos creen que es malo y muy peligroso, pero el chico quiere ayudarlo porque se lastimó y no puede volar. Al principio, el drago no quiere que el chico se acerque porque no confía en él, pero después se da cuenta de que es bueno y se vuelven amigos.

—Es bonito el dragón negro —comentó con dulzura hacia su hermana.

—Lo sé. Es muy bonito. Tiene unos ojos muy grandes, eso lo hace ver como un bebé.

Graffiti Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora