Fue extraño, como Geto encajaba tan bien con Riko. Parecía que se conocían a la perfección, como una amistad hecha por largos años...
No eran celos, era otro sentimiento... Porque:
-Ella también paraba conmigo.
-Reía conmigo.
-Hablaba alegremente conmigo.
-Se divertía conmigo.
Y no la veía como alguien a quién odiar. Pero al lado de Suguru...
Había otra conexión. Una vibra que me incomodaba.
–¡Suguru, mira, estás lleno de arena! Mejor entremos de una vez– Escuché gritar a unos cuantos metros de mi lugar. Era Riko, pegada al pelinegro.
Estábamos los cuatro paseando por la playa, sin rumbo, pero con la idea de nadar un poco.
Sin darme cuenta, me estaba quedando bastante lejos de los tres.
Tal parece que mi presencia no era necesaria allí.
Simplemente se fueron desvaneciendo los juegos y las risas escandalosas, se tornó más tranquilo, todo iba con fluidez. Pero no podía estar tranquilo, mi técnica estaba activa igual que la de Suguru, teníamos demasiado precaución, debíamos estar atentos.
Pero había algo, una esencia que notaba en los que caminaban adelante. Algo que tal vez no podría formar parte, algo que también me faltaba de esos dos:"Ser alguien normal".
Aquellas palabras que llegaron a mi consciente, revolvieron mi estomago e hicieron que caminara más lento.
Desde pequeño, me dijeron que no podría darme el lujo de vivir en un lugar convencional, me aislaron y educaron de forma particular, siempre con esas malditas palabras rebosando en sus malditas bocas: "No eres alguien normal, confórmate con ser superior al resto".
¿Por qué? ¿Por qué no podía ser igual a los demás? ¿Por qué no pude tener una maldita infancia como los demás? ¿Por qué yo no tuve un álbum de fotos igual a la que todos tienen en la preparatoria?
¿Por qué los tan débiles humanos tienen la libertad de vestirse como quieran, de vivir donde quieran, de amar a quien quieran, de hablar con quien quieran, de insultar a quien quieran? ¿De salvar a quien quieran...?
Por un momento dejé de caminar para mirar detenidamente a Suguru a la vez que mi cabeza cambió el rumbo de mis pensamientos.
¿Geto podría formar alguna conexión más fuerte que una amistad con Amanai?
Fue el pánico esta vez quién me aplastó, y golpeó aquellos pensamientos resonantes dentro de mi mente.
Tendría lógica si llegase a suceder...
Dos humanos que no tienen tanta relación con la hechicería y que conocen más del mundo cotidiano...
Claramente contarán con las mismas ideas y estarían conformes con ello. Ambos lograrán sentirse tan identificados...
Mis manos temblaron, pero no volví a dudar en abrazar a Geto.
No debía, no podía hacerlo. No cuando hice todo lo posible para aferrarme a Suguru. Él era mío, él único al que no me podían arrebatar bajo la ley de jujutsu y no iba a soltarlo, ni aunque me lo pidiesen de rodillas.
–¿Qué pasó? – susurró en mi oído a causa de mi ceño fruncido.
–Nada– Lo solté y volví a caminar detrás cuando noté las miradas de las dos chicas en mí, pero Geto me jaló hasta su lado sin notar lo incomodo que se volvió el entorno.
No me arrepiento, lo siento, sí estaba celoso, pero algo miedoso, y molesto, tal vez muy molesto.
Dejamos nuestras cosas en una zona apartada de la playa, me quité la sudadera y me quedé en unos shorts largos que Suguru me prestó.
Él se quedó como estaba, ya que no portaba una camisa desde hace un rato.Me acerqué a Geto, y algo nervioso le quise preguntar si podía entrar al mar con él, pero antes de lograrlo Amanai apareció.
–¿Suguru puedes entrar conmigo? Tengo miedo de que la marea me arrastre–
Me arrepentí de haberme quedado como estúpido mirando a su rostro por unos segundos sin decirle ni una sola palabra, esa niña me había robado mi momento.
Simplemente él al darse cuenta que no iba a hablar, me dijo un: "Ya vuelvo" y caminó de la mano con Riko.
Con un gesto de despedida, me alejé del pelinegro y me senté al lado de Kuroi. Hasta el momento, no le había tomado mucha atención a la mayor y con tal de distraerme esperé a que empiece a hablar.
–¿Te gusta el joven Geto, no? – Preguntó sin una pizca de redundancia.
Al tener una buena intuición femenina, había dado en el clavo.
–Sí, y mucho– Aclaré abrazando mis piernas y apoyando mi mentón sobre mis rodillas.
–¿Él lo sabe? – Volvió a preguntar formando una pequeña pila de arena con sus manos.
–Mas que saberlo, estamos en algo– Dije esta vez mirando en dirección al peligro, ese mismo que reía mientras Riko lo empaba en agua.
–¿Y es lo suficiente para que puedas sentirte así de mal? –
Asentí mirando a los ojos a la mayor.
–¿No crees que pierdes el tiempo esperando a que él se dé cuenta que te sientes desconcertado? Será mejor que tú vayas a buscarlo, y le demuestres que estas listo para avanzar al siguiente escalón de la intimidad, no me refiero a tener relaciones, eso puede ser frecuente, pero si no le dan importancia a su noviazgo ni el aclarar sus dudas, su "algo" no durará demasiado.
Era cierto, había estado esperando demasiado para el momento perfecto, tenía que haberme abierto a él sin ser indirecto, para que el entendiera, debí pedírselo desde un principio.
Estuve tan sumergido en mis pensamientos que no me percaté que Suguru ya había salido del agua y estaba parado junto mí.
Se agachó, posó su mano sobre mi hombre y me propuso entrar un rato con él.Estando mejor y mentalmente preparado, acepté y el mayor me ayudó a levantarme.
Llegamos hasta la orilla, y sin esperarlo, me tomó de la cintura y seguimos caminando.
Él no dejaba de sonreír y al llegar hasta cierta profundidad, nos quedamos parados mirándonos el uno al otro.
Suguru no me dejaría, no me cambiaria por alguien más. No creo que alguien con esa mirada de bobo me abandone de un día para el otro.
Sin perder el tiempo, tomé su rostro y lo besé, no iba a esperar, no quería esperar, había pasado toda la mañana sin poder tocarlo más de cerca.
Él no pareció retroceder, y cuando nos separamos, su rostro tranquilo me alivió.
–Te amo, Suguru–
– Yo también te amo, Satoru–
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Sé que la estoy cuidando y que me asignaron hacerlo. Pero que Amanai se aleje un poquito no va a hacer la diferencia entre su vida o muerte, o si?
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La arena mojada ensuciando mis pies y tus manos acariciando mi cuello mientras te acuestas a mi lado, era cálido.
El poder estar contigo, en un lugar en donde nadie le importe vernos juntos. El poder gritar que te quiero sin esperar algún castigo por ello. Aquí, nadie se molestaría por verte a mi lado, acá ellos no se podrán quejar...Y te alegraste tanto cuando te dije que nos quedaríamos hasta mañana...
Así que...¿Eres libre aquí, Satoru?
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- Your Feelings - (GetoxGojo)
Fiksi Penggemar__________ Desgarra mis órganos mientras me susurras al oído lo tanto que me amas. Fantasea un mundo en donde sólo pueda vivir contigo. Déjame morir acurrucado en tu pecho, y abrázame, hazlo hasta que mis huesos crujan y ya no pueda respirar. ____...