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Era insistente, como el día quería permanecer aún sobre las estrellas, ahogándose en colores que se partían en un despejado cielo azul a carmesí.

Por el inmenso silencio que rondaba en el espacio fresco, fácil se volvía escuchar la respiración de los árboles, sus ramas moviéndose temblando sus hojas. Y no solo en ellos, el viento frío también venía en ocasiones con más fuerza para adentrarse en nuestros oídos. 

Era de esos pocos días en los que se podía descansar. 

No estaba mal desactivar ilimitado unos minutos.

Aunque no tardase en cubrirme de nuevo.

El campo estaba desbordando en un césped vivo recién cortado, despertando al aroma mismo relacionado a lo verde.

Cambié a costumbre vestir algo más que el uniforme desaliñado que tanto me molestaba, esta vez iba con una camisa suelta en tono bajo color marfil y unos pantalones negros de vestir. Ah, y puestos mis lentes oscuros.
Nunca faltaba ser casual, eran vacaciones pero
aún estaba cursando como estudiante, así que no podía sobrepasarme con algo más excéntrico.

Cosas superficiales que lo demás no tomarían en cuenta pero aún así contaría con entusiasmo cuando quisieran tocar algún tema personal sobre mí porque yo...

Yo no he estado aquí.
No completamente presente. Mi mente sigue varada en un bucle, uno del que no puedo escapar.

Tal vez por esa razón, siento que no ha sido hace mucho.
Pero, ya pronto será medio año y algo más desde que no lo he vuelto a ver.

Era innegable decir que la institución ahora se veía menos agradable de lo que quisiera. Cada estructura, salones, gimnasios o campos de prácticas, me hacían recordar a esa separación desagradable.
Mi pecho se estrujaba y en ocasiones hasta me pesaba respirar...

No obstante, estaré mejor.
Ya pronto sería como una película tan antigua que apenas podría recordar.

Sólo necesito que las cosas pasen y vaya olvidando todo con calma. Era necesario estar erguido sobre la mesa para que nadie vuelva a desconfiar de mis habilidades. Debía impartir ese sentimiento, esa sensación de tranquilidad a mi al rededor.

Aunque...

Decirme eso no ayuda en mucho.

Podía costarme al punto de ahora cubrir mi rostro con vendas para aliviarme de la apareciencias y de vez en cuando tener los ojos llorosos y algo hinchados sin que alguien en absoluto lo note.

Después de todo, sentirme de esta manera tan desastrosa y vulnerable era algo que no podía manejar cuando se trataba de él.

Etc, etc.
No es momento de cosas tristes.

Hoy era diferente, debía vaciar mi mente. Traje por primera vez a Megumi a la escuela de hechicería.

Podía ya no a ser el mismo chico de corazón impenetrable de mis años dorados (de niño). Me volví más susceptible a dejarme llevar por los sentimientos luego que conocí a Suguru, pero tampoco por eso iba a quedarme de brazos cruzados sabiendo que ahora necesitaba un motivo al cual aferrarme.

Y no es que use a Megumi como un reemplazo, es una decisión de vida. Las cosas toman rumbos diferentes, por eso quiero ser una buena persona para Megs, apoyarlo y cuidarlo, bastaría con eso para poder ayudarme a mí también.

Aunque sienta que no seré tan feliz como antes.

Supongo que es algo que será imposible de sanar por mucho que lo intente, y menos si el abandono no tuvo la claridad suficiente para entenderlo.

- Your Feelings - (GetoxGojo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora