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La confesión de la princesa

Lo primero que sentí al despertar fue el horrible dolor de cabeza. Parecía como si un camión me hubiera pasado por encima unas cien veces y después me hubieran colgado de cabeza.

Al abrir los ojos por completo me di cuenta de que no estaba en mi cama, ni en mi habitación, ni en mi casa. Hubiera olvidado que estaba donde Yoona si no fuera por sus ronquidos a mi lado.

Me levanté y fui hasta la cocina porque mi cuerpo exigía hidratación, y mientras bebía del vaso los sucesos de la noche anterior pasaron por mi mente.

No podía ser real, por favor que no sea real.

Corrí en busca de mi teléfono, pero no lo encontraba por ningún lado, hasta que recordé que Yoona me lo había confiscado.

—Yoona, mi teléfono —dije moviéndola para que despertara, y sin siquiera abrir los ojos, metió su mano debajo de la almohada y me lo entregó. —Gracias.

—No hagas más estupideces —murmuró.

Ay no.

Rápidamente lo encendí para confirmar la estupidez que había hecho. Fui directo a mis registros de llamada y...

Doble ay no.

Era una estúpida, una estúpida muy irresponsable.

Volví a mirar mi teléfono encontrándome con un mensaje de hace horas.

Tae:
Llámame cuando despiertes.

Tripe ay no.

Caminé de un lado al otro pensando en qué era lo que debía hacer ahora, ¿Debería llamarlo?, ¿Debería ignorarlo? ¿O acaso debería fingir que no recordaba nada?

No, eso sería muy hipócrita de mi parte.

Cómo si del karma se tratara, una llamada entrante hizo que las cosas se liaran aún más en mi cabeza

Llamada entrante de Tae.

Cuádruple ay no

¿Y si fingía que aún estaba dormida?

Leíste su mensaje, Kinara.

—Quiero morir —lloriqueé. Tomé una gran bocanada de aire y contesté. —Hola.

—¿Cómo estás? ¿Te sientes mejor? ¿Ya bebiste agua? —me atacó con preguntas apenas respondí.

No te comportes así, ¿Acaso no te das cuenta de que quiero estar molesta contigo?

—Ya estoy mejor —murmuré apenada.

—Hara...

—Taehyung... —Hablamos al mismo tiempo, pero me animé a continuar —Lo siento por lo de anoche, de verdad no estaba en mis cinco sentidos e hice cosas muy estúpidas.

—Yo también hice cosas estúpidas, así que supongo que estamos a mano —rio. —¿Crees que podamos hablar?

—Ya lo estamos haciendo.

—Sí, pero en persona. Si quieres puedo ir a buscarte donde Yoona —se apuró en decir.

Me miré en el espejo y negué frenéticamente ante la idea de que Taehyung me viera así. Mi cabello estaba enmarañado, mi maquillaje se había corrido, apestaba a alcohol y necesitaba una ducha urgente.

—Si quieres podemos vernos más tarde. Hoy no me toca trabajar —respondí.

—Salgo de mi turno en dos horas, si quieres puedo ir a tu casa.

Proyecto princesa; kim tae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora