capitulo 16

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Alisse

Salí temprano de casa pues mis abuelos me habían citado a las 10:00 ya que querían desayunar conmigo, solo me di tiempo de despedirme de Dante aun seguía dormido, pero bueno, algo que no había sentido antes me hizo darle un beso antes de salir, espero y no se diera cuenta.

Mis abuelos estaban en la casa que tenían en Cancún, la cual estaba a unos minutos de la de mama así que el Uber no tardó en llegar a casa de mis abuelos, al bajarme en la entrada había una pareja esperándome.

—¡Mi Alissita, está bien grande!—dice la mujer recibiéndome con una gran sonrisa.

—¡Sonia! —corro a abrazarla— que alegre verte.

Ese abrazo se siente como si estuviera devuelta en casa, Sonia y Pedro han sido los trabajadores de confianza de la familia, han estado desde que recuerdo, así que son como familia, Pedro me recibe con una amabilidad característica de él, luego de hablar un rato entramos a la casa, al entrar veo a mis 4 abuelos y a otra persona más, supongo que el abogado de la familia.

La mirada de mis abuelos se ilumina y se siente un calor típico en ellos, los cuatro se levantan y saludo a cada uno, ellos están emocionados, aunque su esencia no es la misma, los cuatro están más apagados, supongo que por lo de mama.

Mis abuelos han sido mejores amigos desde la universidad, tanto que mi abuela hiso un libro de los 4 uno de sus libros más famosos, por lo que la muerte de mi madre tan bien le afecto a mis abuelos paternos.

Antes de tomar el lugar todos en la mesa, saludo al último señor, y efectivamente es el abogado encargado de lo del traspaso y eso.

—Perdón por no visitarlos antes —comento sentándome en la mesa.

—Entendemos hija —mi abuelo Pablo, el padre de mi madre sonríe.

El resto de la mañana la pase con mis abuelos, a principio el abogado hablo conmigo, me explico el testamento y como era el proceso de traspaso, también ayudo que mis abuelos intentaron agilizar lo más que se pudo, luego de un rato el abogado se fue, mis abuelos insistieron en que me quedara un rato más.

Mi abuelo toco una de sus canciones para mí, mi abuela me enseñaba las fotografías que había tomado recientemente, y mis abuelos platicaban sobre un último libro que querían publicar contando su historia de amor. De mi parte les comenté que iba a estudiar arte y que me gustaba la pintura, ellos se emocionaron y me aconsejaron, estuvieron de acuerdo con la idea de dejar que yo me abriera el camino, y que mi talento hablara por sí solo.

También insistieron en preguntar si había algún chico, por los que les comenté de Dante, al parecer iba más serio de lo que pensaba.

Alicia mi abuela y su esposo Pablo, se emocionaron mucho y me recordaron aquella historia que tanto me encantaba de las llamas gemelas, no lo había pensado así y debo admitirlo la idea de que Dante fuera mi llama gemela me emocionaba.

Llego el tiempo de despedirme, mis abuelos se quedaron tristes y yo igual, al salir de casa de ellos solo podía pensar en cuando iba a regresar para verlos y así me fui el resto del camino hasta llegar a casa, donde ya estaban todos disfrutando del mar.

—¡No me esperaron! —me acerco a ellos haciéndome la indignada.

—¡Alisse! —dice Brissa emocionada —Ven acá, el agua esta deliciosa —comenta antes de que Liam la tomara de la cintura y la hundiera con él, yo empiezo a reír.

—¿Cómo te fue? —dice Dante saliendo del mar.

Ni siquiera me enfoque en lo que me había dicho, su abdomen definido en definitiva me desconcentra, es que como puede estar tan bueno, no intente ni disimular y mi mirada baja a su abdomen para recórrelo todo, y luego a sus piernas donde la pantaloneta se le pegaba, marcando un poco su...

Lo que la tormenta nos dejo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora