Capitulo 28

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Dante

—¡La quería! Yo me enamore ¡Me enamore como un idiota!

—Tal vez solo esta confundida —Gema intenta consolarme.

—Le dije, ¡casi le supliqué! Yo podía cambiar por ella, estaba dispuesto a hacerlo. Pero es que ella ni siquiera lo intento.

Sueno desesperado. Pero en realidad estoy confundido, no lo entiendo, lo arruine lo sé, pero también sé que podría haber remediarlo ese error si tan solo Alisse me hubiese dado esa oportunidad.

Este primer fin de semana lejos de casa fue difícil, los primeros en saber que me mudaría fueron Nich y Javier, pues con ellos viviré ahora, pero al salir de casa no dude en llamar a Gema, ella se sorprendió ante la noticia que le estaba dando, pero no dudo llegar la mañana siguiente. A diferencia de todos ella parece escucharme.

—Bueno Dante, es que todos necesitamos tiempo, dale su tiempo y date tu tiempo también —se acerca y acomoda su mano en mi hombro —Yo estaré contigo, como tu amiga, obvio.

—Lo aprecio Gema —le sonrió.

—¡Oigan! bajen a comer, Grecia vino con desayuno para todos­ —dice Javier emocionado para luego irse.

—Están emocionados por tu llegada. —Gema sonríe.

—Quisiera haber venido por una razon diferente, tal vez así sentiría lo mismo que ellos.

—Date tiempo, es normal solo han pasado unos días, por ahora deberíamos bajar o nos dejaran sin nada —Es lo último que dice Gema antes de salir de la habitación y bajar con los demás.

Al bajar están todos como una manada de leones hambrientos junto a la comida. Por suerte aun logre agarrar unas tostadas francesas.

—Y bien debemos ponernos de acuerdo donde haremos la fiesta de Halloween, si ¿acá o en nuestra casa? —pregunta Amanda.

Lo que me faltaba, una fiesta.

—Pues dado a que tenemos inquilino nuevo, seria Genial darle la bienvenida a las fiestas que se hacen acá — El tono en que Javier lo dice es emocionado.

—¡Bien pensado! —Todos voltean a verme con una cara que me asusta un poco.

Que no sea el anfitrión

Que no sea el anfitrión

Que no sea el...

—Dante inauguras tu estadía siendo el anfitrión de la fiesta de Halloween ­—Finalmente comenta Nich.

Empiezo a creer que eso de cruzar los dedos no funciona.

—¿Están diciendo que invite a personas a invadir mi espacio personal? —preguntó intentando disimular mi cara de desagrado.

—¡Así es! —responde Grecia,

—¿Qué le patrocine las bebidas a gente que no conozco y que seguramente olvidare que existían en tres meses?

—¡Lo entendiste prefecto!

—¡Genial! ¡No imagino otra forma de gastar mi dinero! —comento —Digo podría usarlo en la universidad, en mi estudio, o en ayudar a los niños pobres, pero me parece perfecto invertir en una fiesta —. Agrego con un tono sarcástico.

—No será tan malo, yo te ayudo —se ofrece Gema.

—Vez, tienes a la mejor organizadora de fiestas ¡Nada malo pasara! —Dice Nich viendo la hora en su celular —se nos hace tarde para ir a la universidad —Nich toma de la mano a Amanda, para despedirse de todos y salir de la casa.

Lo que la tormenta nos dejo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora