Lo que la tormenta nos dejo

Capitulo 29

Alisse

—Solo una hora, una hora y si no te gusta nos vamos —Insiste Brissa mientras termina su maquillaje.

—Brissa, no tengo la energía para salir a una fiesta y menos de disfraces.

—¡Vamos! Es la primera fiesta de la temporada, ¡será genial!

—Habrá miles como esas, no necesariamente tengo que ir a la primera.

—No quiero que te quedes sola —comenta algo desanimada.

Desde que regrese los chicos se han encargado que no me quede en ningún momento me quede sola, así que cuando uno se va a la universidad otra se las arregla para pasársela conmigo, ya que decidí hacer arte por mi cuenta.

Eso de escuchar a los profesores frustrados por no haber triunfado intentando arruinar el sueño de los chicos no es lo mío, aparte algunas galerías de arte están ofreciendo algo de dinero por mis cuadros.

He intentado mantener mi linaje artístico oculto, porque sé que muchos solo querrán mi arte por lo que mis apellidos representan, y así ha sido en algunas galerías cuando se enteran de quienes son mis abuelos.

—¡Alisse! —Brissa chasquea los dedos.

—¡Perdona! Estaba pensando.

—Entonces... ¿vienes con nosotros?

—¡No! Estaré bien en casa, ustedes diviértanse y beban mucho, háganlo por mí.

—¿Estas lista? —Ronny entra a la habitación con un disfraz de zombie.

¡Básico! ¡lo sé!

—Sí, pero no logre convencer a tu amiga de venir con nosotros —responde algo decepcionada.

—Bueno, Liam también se quedará, luego de la salida de aquel día al parecer no le apetece ir a una fiesta por un largo tiempo.

—Es que santa resaca que le dio —bromea Brissa.

— ¡Disfruten! ambos se ven guapos, y tomen foto de los chicos guapos de la fiesta para enseñármelas cuando vuelvan —respondo sacándolos de mi habitación.

—¡Te amamos! —dice caminando junto a mi hacia la puerta.

­­­—¡Y yo a ustedes! —abro la puerta, y justo Liam se une a nosotros —Y emborráchense mucho. —Ronny y Brissa salen del apartamento.

—Pero no tanto para que al día siguiente no tengan resaca —añade Liam.

—¡Cuídense! —bromeo.

—¡Besitos! —Liam y yo reímos y cerramos la puerta al ver que ellos empezaron caminar.

—¿Tienes hambre? —pregunto caminando a la cocina.

—Algo ¿y tú? —responde en la puerta.

—Solo un poco, te ofrecía cocinar, pero no soy tan buena como Brissa.

—¿Quieres pizza?

­—¿Invitas tú?

—Si tú quieres.

­—¡Entonces sí! —ambos reímos y Liam va a la habitación por su teléfono y pide una pizza.

—¿Vemos una película? —pregunto cuando Liam regresa a la cocina.

—¿Qué tienes en mente?

—Una romántica, de esas donde no terminan juntos y que te hacen llorar.

—¡Bieenn!... Y si ¿buscamos algo más alegre?

—Que más alegre que la decepción amorosa de otros ­­—Bromeo.