Al día siguiente a Nanhee le dieron el alta, Jae Woon se quedó con ella hasta que llegaron sus padres, quienes ingresaron de forma muy cautelosa a la habitación y con unos semblantes completamente caídos gracias a la enorme tristeza y falta de sueño.
Seokjin sentía como su hija se alejaba de él y eso lo estaba matando, la indiferencia que la chica estaba teniendo los estaba destrozando, pero Nanhee no lo hacía a propósito para castigarlos, si no que estaba muy confundida. Enterarse luego de veintiún años que sus padres no eran sus padres, eso era un golpe muy fuerte. Le dolía el corazón inmensamente por eso. Y Seokjin sabia como se sentía ella, a pesar de que no hubiera sido creada por él, él la había criado, padre es quien cría no quien da vida.
Por eso el viaje hasta la casa fue en un silencio atroz, Jae Woon iba a su lado en el asiento trasero tomando su mano, como si él fuera un ancla a la realidad cuando sus pensamientos decidían volar para cualquier lado. No sabía cómo en ese punto ya por sus oídos no estaba saliendo humo de tanto que se estaba quemando la cabeza de pensar y pensar.
Cuando ingresó a la casa, acompañada de su mejor amigo, se detuvo en medio de la sala observando el lugar como si fuera algo desconocido para ella, todo estaba en silencio y había un intenso olor a cítrico mezclado con la tristeza de todos los habitantes de ese hogar, pero sus ojos se clavaron en la consola de videojuegos que había en frente del sillón y que estaba apagada y con los mandos apoyados sobre la mesa ratona de en frente, tal como HyunBin los había dejado la última vez que los había utilizado y fue ahí cuando no pudo contenerse más.
Rompió nuevamente en un llanto desconsolado que la hizo caer al suelo siendo sostenida por Jae Woon que la aferraba contra él en un intento de consuelo, pero ella solo podía oír su llanto y ver en su cabeza la imagen de su hermano pequeño muriendo frente a sus ojos. No sabía por qué razón, pero su estúpido corazón albergaba la esperanza de que todo aquello hubiera sido un mal sueño culpa de la pérdida de sangre y que en cuanto volviera a casa HyunBin bajaría corriendo las escaleras emocionado para recibirla, pero no fue así.
Todo era real.
YeJin salió de la cocina con enormes ojeras y la piel más pálida que nunca, caminó hacia su hermana mayor con la que casi no había tenido contacto y con algo de inseguridad la abrazó de los brazos de Jae Woon quien terminó alejándose para dejar que las hermanas tuvieran un momento juntas.
Lo que sorprendió a la menor que no esperaba en absoluto fue que Nanhee le devolviera el abrazo con la intensidad con el que lo hizo. El olor de YeJin para Nanhee fue como un alivio a su alma atormentada, no olía igual que HyunBin, ni un poco, pero le recordaba a él ya que ambos eran sus hermanos y el olor de ambos para Nanhee significaba hogar y amor.
También la hizo saber que tenía a YeJin, que tenía una hermana a la cual cuidar con todo su corazón, a la que se juró en aquel momento que protegería con su vida y que nada nunca le pasaría bajo su vista.
-Unnie... -murmuró YeJin llorando en voz baja-. Lamento no haber ido a verte...
-Shh... -susurró Nanhee, sin querer soltarla-. No me importa...
-No quería molestarte, unnie... Yo...-
-Dije que no me importa –respondió separándose ligeramente de ella y viéndola al rostro, ella era tan, pero tan bonita. Además, de que era una persona encantadora, con un corazón de oro, no quería que nadie le hiciera daño en absoluto nunca, ella estaría allí para ella cuando la necesitara.
YeJin no entendía muy bien que le pasaba a Nanhee, pero no iba a decir nada al respecto. Ambos padres miraban la escena con ojos llorosos sin poder contenerse.
-Te hice un pastel, ¿quieres? -dijo la menor con una pequeña sonrisa tímida.
Nanhee no tenía hambre, pero la ilusión que vio en los ojos de YeJin no pudo ni siquiera pensar en rechazar esa oferta.
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EL VÍNCULO | JEON JUNGKOOK +18
Fanfiction¿Qué pasa cuando eres rechazada por tu alma gemela? Nanhee tuvo que esperar años para estar con su compañero destinado, pero cuando cree que es el momento adecuado, él no hace más que rechazarla fría y despiadadamente rompiendo en mil pedazos su pob...