-Su sonrisa- 25/11/22

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Goku- No. —contestó tomándole con algo de fuerza la mano— No quiero que nadie más te toque. Lo haré , pero, intentaré hacerlo bien, ¿sí?

Se incorporó, dejando a Vegeta sentando sobre su falo. El no peso ajeno ni siquiera le molestaba.
Levantó su rostro ruborizado, hasta poder ver fijamente al contrario. Ese gesto tan inocente le asentaba bien, ese carmesí le hacía ver como un completo santo.

Goku- Al menos prometeme que no lo olvidarás.

Pidió acariciándole la mejilla. Esa situación, que solo se desenvolvería en lujuria, le importaba demasiado. Tan solo pensar, por primera vez en tocar ese cuerpo de una manera prohibida, le hacía querer plasmar ese momento en sus mentes.

Vegeta- Lo prometo. —contestó tocando el dorso que posaba en su mejilla—

Goku- No sé muy qué debo hacer pero, haré todo lo posible para hacerte feliz. Si algo no te gusta sólo dímelo.

Argumentó y le acarició el rabillo del ojo, secandole las lágrimas que salieron. Sintió las feromonas ajenas, otra vez estaban fuertes.

Goku- —¿Cómo fue qué llegamos a esta situación?— Se cuestionó y en segundos, toda su vida pasó por su mente.

Lentamente deslizó su mano por el cuello de Vegeta, rozando apenas con la yema de sus dedos, sintiendo toda la calentura en su tacto.

Un escalofrío pasó por su espalda ante el toqueteo.

Descendió más, hasta que su mano se posó sobre el pectoral derecho, acarició ese músculo y apreció el jadeo ajeno.
Continuó bajando... Rodeó la estrecha cintura del peli-flama, rozó suavemente, y desde la espalda baja, le atrajó a él, pegando sus pieles sudadas.
Justo en su boca, quedaron los pectorales. Se acercó despacio, hasta que pudo sentir en sus labios la carne sudada del omega.
Movió sus labios sobre ellos, formando un caminillo de besos que dejaba saliva en su sendero.

Goku- —Su cuerpo es hermoso...—;

Tembló ante las caricias del dominante. Sentía más calor que al principio, pero le agradó tenerlo. Se sostuvo de los hombros ajenos y los apretó.
Subió un poco, dirigiéndose al cuello, y entre sus dientes tomó un trozó de la piel de Vegeta. Succionó con un poco de fuerza, el menor le arañó un poco. Chupó un poco más y se alejó. Dejando hilos de saliva que unían ambas partes ante la lejanía. Apreció la primera marca que pudo plasmar en esa tersa piel, lo rojizo que decoraba tan bien.
Con su otra mano le agarró por la nuca, y con cuidado, hizo que alzara la cabeza. Todo ese cuello delgado y manzana bien marcada, quedaron a su disposición.
Su mismo agarre en la cintura les volvió a unir más, perdiendo todo tipo de distancia.
Miró a Goku... Por primera vez tan de cerca. Esa piel suave y un sonrojo leve. Las pestañas largas y unas cejas gruesas... Perfecto es.

Soltó de un golpe su fragancia, inundando la habitación, haciendo que el aire se sintiera hasta pesado.
Rozando con suavidad sus dientes, mordió la manzana ajena. Miró hacia arriba, y de nuevo le apretó la cintura.

Poco a poco fueron acortando la distancia entre sus bocas; chocando sus acaloradas y agitadas respiraciones.

Toda distancia se perdió cuando cerraron sus ojos y chocaron sus labios los unos con los otros.

Con sus suaves y dulces labios marcó un lento movimiento, rozando con gentileza la húmeda boca de Vegeta.

Tomó de las mejillas al mayor, chocando más sus narices, empujando hacia atrás al peli-palmera.

Sus dientes delanteros mordieron el labio inferior ajeno, provocándole al contrario un quejido y que abriese la boca gracias a la reacción.
Metió su lengua, saboreando esa caliente y mojada cavidad.

Perdido en tu Fragancia -Especial Navideño-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora