—Siete meses después.—
Cansado.
Un poco malhumorado y con el trasero entumecido después de estar todo el día sentado, en un trabajo el cual juró, solamente daría órdenes.Zafó el nudo de su corbata negra, y la soltó hasta que sólo era una tira larga al rededor de su cuello que descendía a más allá de su pecho.
Pasó la tarjeta electrónica por el scaner de admisión; para seguidamente, a los segundo, abrirse la puerta.
Suspiró un tanto más tranquilo y entró.
Dos pasos dió; aquel olor a café le recibió en una oleada fuerte y bastante penetrante en un segundo.
Las piernas le temblaron instantáneamente. El cuerpo se le acaloró y las pupilas se le dilataron.
Partes de su cuerpo se coloraron de carmín, y su parte trasera se humedeció.Vegeta- Este idiota...
Cerró rápido y caminó en dirección a la habitación de su pequeño. Aquella que quedaba cerca de la sala, debajo de su habitación y doblando al baño.
Giró la perilla, pasó... No había nadie dentro del cuarto.Sonrió de lado. Suspiró, y aspiró aquellas feromonas. Metiéndolas a su sistema para ponerse jarioso el también.
Se deleitó. Movió su cuello lentamente, y con la misma velocidad, fue desabotonando su camisa hasta llegar a su ombligo.
Sus pezones ya se habían colorado y habían tomando una pequeña dureza que los hacía relucir por debajo de la tela.Vegeta- Uh... Kakaroto~
Llamó y caminó en dirección a las olas de calor.
Subió las gradas despacio, el roce entre sus genitales dolía al moverse. El líquido que tenía que retener se resbalaban a su ropa.Frente a su habitación; el olor le flaqueo las rodillas. Mordió su labio, y entró a un lugar más.
Su alfa dormía en el centro de la cama. Inerte, tranquilo, pero por su puesto que entró en celo, y las cosas sucederían cómo aquella noche.
Lo contempló, aquel cuerpo medio desnudo. Tatuado y fornido... Mierda~ manjar de dioses.Caminó mientras se desvestía lentamente. Sacando prenda por prenda, y en ese mismo ínterin, cada uno de sus poros soltaba esa fragancia de fresa, dulce y baja.
Conservó únicamente su camisa, la cual descendía a sus deltoides.
Con su andrógino cuerpo al aire libre se acercó a la mesa nocturna, un pequeño mueble con una lámpara blanca y un cenicero en la base superior.
Abrió el cajón y sacó una bolsa plástica pequeña, llena de distintos piercings para su lengua.
Tomó tres de distintos colores, que debido a la poca luz de la habitación, brillaban con fluorescencia.
Sacó su húmeda lengua, y se los colocó a pulso tembloroso. Los llenó de saliva, desde la punta de sus delgados dedos hasta la bolita metálica de las joyas.Goku se movió despacio de lugar. Sólo inclinándose un poco, flexionando su pierna derecha y soltando una oleada más de sus amargas feromonas.
El corazón le latió más rápido.
Una erección grande creció en su entrepierna y con deseo, regresó a estar al pie del alfa.
Se subió a la cama, quedando entre las piernas del peli-palmera.
Se sentó sobre sus rodillas, y con cuidado deslizó hacia abajo la cremallera.
Relamió sus labios. La humedad de esa zona se le traspasó con un vapor leve.
La saliva se le escapó con leves gotitas de las comisuras, y por fin su celo estaba al punto máximo para un nudo. Bajó más la ropa, hasta que soltó el falo de Goku de la presión del boxer.
Ese gran pene rebotó, y le salpicó un poco el vientre. Con la yema de su índice y medio, acarició esa punta resbalosa con preseminal.
Chupó sus dedos después de esa lubricación; estaban salados.
Se inclinó lo más que pudo, abrió grande su boca, y con facilidad, engulló más de la mitad.
Le apretujó los muslos al mayor, y con las bolitas de su piercing, rozó ese falo duro. Creando un masaje con los movimientos de su lengua.
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Perdido en tu Fragancia -Especial Navideño-
FanfictionY te fui queriendo de a poquito, despacio, con calma, con precaución... hasta que decidí arriesgarme y quererte como yo sé hacerlo, intenso, con alma, corazón y vida; con todo mi ser... -Coos -Una noche sin café. -Recuerden que está es una novela...