La noticia fue devastadora. Gon estaba en el hospital, en riesgo vital.
Se reunió con Leorio, este se volcó en preocupación por el menor de sus amigos en tal estado. Como estudiante a medicina sabía mejor de su condición. La peor parte fue cuando pudieron verlo, fue arrollador, la sensación de estar al lado de un ser querido y que este no reaccionará a los estímulos, la esperanza a que por ser tú, este se mueva y sonría para ti solo para detener tan dolorosa incertidumbre, simplemente abrumador, y devastador permanecer a la espera de mejorías con la desalentadora mirada del cuerpo medico.
El tiempo trascurría más lento, solo era percepción porque el tiempo nunca dejo de fluir.
—¿Cómo esta?— Durante la noche, Hisoka la visito a ella. No quería verlo y era entendible.
—Igual— dijo con la boca seca, no había bebido nada. A su lado estaba durmiendo Leorio cabeceando, también en el angustia de la espera pero este hombre de mente más sencilla se quedo agotado antes que ella.
Los hospitales eran deprimentes.
Al escuchar su voz salió de allí sin decir nada pero volvió con unas botellas de refrescos y agua. Le dejó a un lado y le abrió una botella. No era alguien sentimental, solo fue a visitarle y le echo un vistazo, lo que vio no le gusto desde entonces prefería preguntarle a su pareja. —Bebe, no dejes de cuidarte— tenía que reportarse por Kurapika con los Nostradame, aunque con Senritsu devuelta las cosas eran más fáciles.
Nada se sentía real.
Tomo un largo sorbo de agua de la botella hasta que la cabeza pesada de Leorio rodó hasta su hombro, no le tomo importancia, debía estar tan cansado físicamente como emocionalmente que estaba durmiendo en tan mala posición y donde fuera. Hisoka espero a que ella hiciera algo y al ver que lo dejo estar, con el dedo índice le golpeó la cara para que se quitará.
—¿Qué haces?— preguntó molesta.
—¿Queeé?— Despertó ubicándose y poco a poco dándose cuenta que estaban en la sala de espera, en el pasillo de la habitación donde estaba Gon. Vio hacia adelante y Hisoka estaba poniendo una expresión seria.
—Cuidado donde te quedas dormido— carente de vergüenza por su acción.
Leorio se dio cuenta que su cuerpo estaba inclinado hacia el de Kurapika, comenzó a sudar, carraspeó, se sentó bien y se quitó la baba que le cayó al quedarse dormido. —Disculpa— murmuró al kuruta.
—No pasa nada— le contestó de inmediato y fulminó con la mirada a Hisoka.
El estudiante de medicina no entendía este tipo de aura rara que emitían estos dos pero lejos de asustarse como resultaba ser siempre que veía a Hisoka, se relajo y trato de permanecer despierto, de pronto preguntó —¿Desde cuando están juntos?
El mago se sonrojo en el acto.
—Trabajamos juntos—. Leorio asintió, eso tenía sentido. —Tengo que tratar con él bastante frecuencia— alzó sus hombros despreocupada.
El pecho de Hisoka quedo tambaleante, él pensó que estaba hablando de una relación romántica o lo que fuera, debería dejar de actuar como un adolescente enamorado. Se tranquilizo cuando los escucho hablar casualmente de otros temas.
—Será mejor que hoy durmamos en un lugar decente— agregó.
—Tengo reservación en un hotel— esa era su forma de decir que ya se había hecho cargo. —Mañana tengo que volver, Senritsu me dijo que debía volver.
Leorio recordó a la pequeña mujer maldita, la amiga de Kurapika. De hecho estuvo hasta hace poco con ella en casa de su amiga cuidando de su hijo.
—Adelántate, iremos a hablar con los médicos mientras— el mago obedeció.

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Cadenas del corazón.
FanfictionOdía cualquier cosa que se entrometiera en el camino a su venganza sin embargo este era de su propia sangre. Kurapika decide hacer dúo con el personaje menos confiable posible solo para benefició mutuo y poder destruir de una vez por todas a Chrollo...