Cadenas del corazón.

10

La familia Nostradame estaba preparándose para moverse, iba a comprar y establecerse en otra ciudad. Neon se había aburrido de Yorkshin, 

—Si hubiera decidido tener a nuestro hijo ¿Qué habrías hecho?— la preguntó hizo que este chocará con un pared, no se lo esperaba. 

Sus ojos dorados se curvaron, se había hecho la misma pregunta muchas veces también. —Estaría interesado— dijo ligeramente —supongo que estaría allí. 

Kurapika bajo la mirada y firmó el documento que quedaba, no aportó nada. Reflexionó en silencio. —¿Qué has averiguado de la araña?

—He estado evitando el contacto con ellos— admitió. 

—¿Qué hay del acuerdo que tenemos?— Dejó caer las cosas de sus manos. 

Últimamente ellos estaba juntos pero Kurapika no le había dejado llegar a mayores con ella, temía que notará algunas diferencias tras el embarazo y el parto. El único capaz de notar algo así sería su amante, en otras palabras él. 

—Cuando desapareciste me dedique a buscarte y a llorar por tu ausencia.

—Compórtate— le reprendió. Senritsu vino por el trabajo listo. 

—Estamos listos para movernos— le indicó sonriente. Ella pidió sus vacaciones e iría a conocer al hijo de su amiga. 

—Debemos movernos cuanto antes, el primer grupo debe ir primero para asegurar la nueva propiedad y la seguridad, nosotros nos moveremos con la jefa— declaró poniéndose de pie. —Debo terminar todo para que puedas irte de vacaciones. 

—Oh, no. Tranquila por eso. Aunque estoy emocionada— confesó. 

—Procura descansar bastante y cuidarte— dijo Hisoka, sin la mujer maldita con gran audición podía ser más resuelto con las mentiras, sin el detector de mentiras, estados de animo e incluso podía anteponerse a lo que pensaba. Esta habilidad le resultaba escalofriante.  

—Estas muy motivado a que me vaya— se río.

Se largo a reír con ella. 

—Basta— Kurapika los miró con seriedad a los dos. —Tú no deberías ponerte tan contento porque no esta Senritsu, se perfectamente cuando mientes y cuando no, aunque a veces haga la vista gorda— frunció lo brazos —Senritsu trata de llevar a Leorio contigo, por favor.

—¿Leorio?

—Si, estaba estudiando y aprendiendo nen pero tienes algunas dificultades— le confió esta tarea a su amiga. 

—Será un placer— estaba emocionada de ver al joven de un latir de corazón tan amable y sincero. Estaba aburrida de tantos corazones mentirosos y caprichosos a su alrededor vio directamente al culpable de ello. 

Salió más animada con los documentos y avisar que ya iban a moverse.

—¿Estaba feliz?

—Si, le gusta la melodía de Leorio—. El mago hizo una mueca sin entender —nuestros corazones, ella escucha el latir como si fueran música. Te lo dije antes. 

—No tenía interés— alzó sus hombros. —Olvido todo lo que ya pasó y que no me es relevante. 

Kurapika lo miró con ojos grandes —entonces cuando pierdas el interés en mí desaparecerás ¿Verdad?— Esa entonces sería su tan ansiado descanso. 

Hisoka no lo consideró de esa manera y en este momento por loco que fuese, lo tomo como algo impensable, más si lo estaba sugiriendo ella. —No tendrás ese placer. No quiero olvidarme de ti.