Las mañanas se volvieron bizarramente entrañables, la rutina familiar fue definitivamente lo que más resonó en la cabeza a Kurapika. Cada que veía a Hisoka participar activamente de su rol paterno algo en su cabeza se rompía, era como si algo se le metiera a los ojos y provocará que ardieran, como si aquello que veía no tenía validez con la realidad, como si su estado mental alterará lo que realmente estaba pasando.
La mujer se cuidaba mentalmente repitiéndose: "Esto es un juego más", "no te encariñes", "debes de aprender a soltarlo llegado el momento". el mantra era repetido varias veces por día con el propósito de no olvidarlo.
Sentía que ella estaba retrocediendo más que avanzando, aunque obtuvó su palabra de quedarse y ayudar a proteger a su progenie, la verdad es que no quería guardar expectativas muy altas. En verdad después de ese día que simplemente se fue al continente para visitar al médico que ese confianza que amazó hasta ese momento se derrumbó tal como sus torres de cartas que apilaba por mero aburrimiento. Ciertamente no tenía nada de fe a Hisoka.
Al menos la relación de él con los niños era muy buena justo ahora. Porque los niños perdonaban más pronto, mucho más inocentes podían aceptar su presencia. Lo cierto es que esos niños aun no sufrían ninguna traición ni eran traumatizados, Kurapika como madre de estos oraba a diario para que eso jamas les pasará.
Su cabeza no dejaba de doler estos días, se supone que debería de sentirse mejor ya que las tareas estaban divididas, sentir el alivio de compartir la responsabilidad. La rubia se hundió en el sofá leyendo un libro, por fuera su aspecto no mostraba nada del tumulto mental que padecía. A simple vista solo parecía que estaba aburrida de la cotidianidad.
Iba a ponerse de pie por una taza de té pero Hisoka de la nada le trajo una taza de té juntó con su gran sonrisa.
Sin inmutarse agradeció y bebió su té.
Se concentró en el libro sobre expediciones al continente oscuro pero luego de beber el té se le antojó algo dulce, solo un poco. Antes que bajará los pies del sillón Kuina vino a toda prisa a mostrarle lo bien que le quedaban los zapatos de Hisoka, modeló muy entusiasta delante de su madre. Kurapika le ánimo hasta que estuvo satisfecha, la pequeña niña giro y dio saltos. Como madre se volvió algo natural escuchar atentamente cada cosa que sus hijos venían a mostrar o decir, Hisoka se agachó a un costado del sillón acercándose furtivamente a Kurapika, también le resultaba novedoso esta faceta desconocida del Kuruta.
Con una enorme sonrisa, la cosa más peligrosa según Kurapika. Su sonrisa nunca resultaba en algo de una buena naturaleza. Giró su rostro para ver que quería.
El hombre en su versión casa buscó ropa local, de la misma isla, sin su maquillaje caracteristico y incluso su peinado favorito, su cabello cayó con su largo natural, parecía facilmente otra persona salvó por su penetrante mirada y su dedicada sonrisa que era su firma personal.
—¿Qué?— Preguntó bajando su libro.
Hisoka se le acercó a una velocidad que la tomó por sorpresa y le dio un beso inclinándose por sobre el sillón acorralandola en el mueble. El hombre colocó un brazo en el borde para que no se le escapará, le robó su aliento caliente sediento de ella.
Kurapika quería quitarselo de encima, no quería que Kuina o Ro los vieran así. Estaban en un area común a la vista de cualquiera. Lo empujó con una mano sobre su pecho pero la fuerza de este se había vuelto mayor, frunció el ceño disgustada por su repentina pasión. En vez de captar la negativa se acercó más, suspirando dentro de su boca, Kurapika mordió sus labios en cuanto tuvo oportunidad, tan fuerte como pudo.
El arlequín vestido de civil se separó solo para comtemplar lo que le hizo Kurapika.
No era como si necesitara una confirmación porque podía sentir el sabor metalico que inundaba su boca haciendo juego con su saliva.
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Cadenas del corazón.
FanfictionOdía cualquier cosa que se entrometiera en el camino a su venganza sin embargo este era de su propia sangre. Kurapika decide hacer dúo con el personaje menos confiable posible solo para benefició mutuo y poder destruir de una vez por todas a Chrollo...