III.
Lo mereces.
¿Moriré...? ¿Por qué?
—Así son las reglas del limbo, mini miau. No puedes saber nada de tu pasado y tampoco la identidad de tu guía, ni siquiera por qué seré yo quien guie hasta el final del juego —explico, pero no terminaba de convencerme sus palabras—. Se que es difícil de procesar. También que es difícil confiar en mí, soy una extraña después de todo. Pero te pido que confíes, mini miau.
Volvió acariciar mi cabeza. Sus toques son delicados, como una canción de cuna.
—Para mi no eres un extraño. Tome mi decisión y prometo ayudarte a encontrar el camino a casa.
¿Casa...?
—Debes volver, mini miau —su sonrisa volvía a ser melancólica, ¿Por qué? —. Tu hogar es en el mundo de los vivos. No perteneces al limbo, debes regresar. Lo harás, sano y salvo.
Algo dentro de mí, dice que volver seria difícil.
—No te preocupes —volvió a hablar, sentándose a mi lado. Podía verla con más detalle. Una chica delgada y de piel blanquecina, cosa que ayudaba al detalle de sus ojos—. Si seguimos las reglas al pie de la letra, volverás a casa. Tendrás la vida devuelta, como si nada malo hubiera sucedido.
Le mire el perfil. Su capucha y flequillo no dejaban ver su mirada. Cosa que me intranquilizaba. Era una chica extraña, totalmente desconocida, ¿Por qué debería confiar en ella?
Me acerque a su lado, sin quitarle la vida de encima. Mi cabeza se inclinó, captando con ello su atención.
—¿Qué sucede, mini miau?
¿Por qué haces esto? ¿Qué razón tienes para esconder todo y llegar tan lejos por mí? Se supone que tú también estas al borde de la muerte, entonces... ¿Por qué eres mi guía?
No comprendo tus razones, hasta me hacen dudar de mi mismo.
Estaba cabizbajo.
No pude notar el momento en que acerco sus manos, aferrándome con fuerza a su cuerpo. Su mejilla acaricio mis pequeños bigotes, y pude ver lo sonrojada y feliz que estaba.
—Porque lo mereces —era extraño. Esta chica..., era muy cálida. Es como si nunca hubiera sentido de parte de una extraña un sentimiento como este—. También porque amo a los mininos, mini miau.
¡¿Qué clase de excusa es esa?!
—Soy muy simple, miau —hizo un sonido de gato. Me estaba fastidiando. Llevaba solo media hora en el limbo y ya me estaban hostigando—. ¿A que te gustan las chicas simples?
¡Estás loca!
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|1| Encuentra el camino - MLB
Short StoryMis ojos estaban pesados. Mi cuerpo también, ¿Qué significaba esto? No lo entiendo muy bien. Solo se que muevo mis manos, viendo mis dedos doblándose frente a mi . Mis articulaciones dueles, al igual que mis falanges. Es extraño. Una sensación extra...