Capítulo 14

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Vuelvo a decirlo, esta historia tendrá 2 finales, esperen y tomen el que más les guste.

Luisa y Beatrice hablan entre ellas mientras caminan hacia casita, rien algo fuerte sumando unos leves empujones en tono de broma, la más pequeña acerca su cabeza al hombro de la otra.

—¿Eres la mayor de tus hermanas?—Preguntó mostrando una sonrisa, Luisa negó y desvío la mirada.

—Soy la mediana, se que no lo parezco por mi altura—Contestó apenada, la otra río por el nerviosismo, al cruzar la puerta, unos pasos apresurados se escuchan.

—¡¡Luisa!! —Grito Isabella cayendo desde una líana hacia su hermana, quien la cacho rápido, de arriba Dolores, Camilo y Antonio corren hacia ella, sin contar a sus tíos y hermanos para tomarla en brazos.

—Mi pequeña sobrina—Agregó el tío Bruno casi llorando—Nunca nos dejes de nuevo.

—¿Cómo te fue?—Preguntó su tía Pepa, limpiando una lagrimas—Julieta nos dijo que te casa...

—No lo digan por favor—Suplico Luisa, Beatrice no entiende la actitud de ella pero decide ignorarlo y jalar a la chica arriba para alejarla de su familia, obvio sus primos y hermanas fueron con ellas, ellas se colocaron en la cama.

Luisa no habló sobre la propuesta y se dedico a escuchar las anécdotas de las muchas cosas que hicieron antes que ella llegara, Camilo nunca volvió a estar en espacios muy cerrados.

Sin contar que Mirabel y Isabella casi pierden el cabello al estar luchando entre ellas, Dolores y Antonio adoptaron unos caracoles gigantes, Beatrice se mantuvo cerca de la chica en todo momento, pues eso no pasó desapercibido por los demás, no conocian ese lado de ella, hasta que alguien rompió el hielo.

—Beatrice, no que ibas a recolectar frutas para el jugo—Ladeo la cabeza Isabella.

—No, ya que... como tu—La dio una sonrisa con burla—Puedes crearlo ¿No?—Las dos rieron falsamente para luego mirarse con frialdad.

—Pueden parar de hacer esto, han estado así todo el tiempo—Refunfuño Camilo recargando su rostro en su mano.

—Es mejor que me vaya—Agregó Beatrice saliendo del cuarto, Isabella sonrió triunfante cruzada de brazos.

—¿Qué les pasa? ¿Por qué la tratas asi?—Preguntó Luisa siguiendo a la chica la vio salir afuera de la casa—Beatrice, espera—La chica se giro con unas pequeñas lágrimas en sus ojos—Ven, te daré un abrazo—Abrió sus brazos, la otra corrió hacia ella, tumbandola en el piso.

—Lo siento mucho—Pidió apenada, unas risas se escucho desde atrás de ellas—A los chicos les parecio divertido asustarte un poco, tranquila, Isabella y yo nos llevamos bien.

— Luisa, es tu castigo por dejarnos—Dijo Isabella riendo junto a los demás, Beatrice río suavemente miéntras cerraba sus ojos despacio a la más grande, la otra se sonrojo y apartó la mirada avergonzada—El tío Bruno tiene algo para ti.

—¿Dónde está?—Preguntó sacudiendo su ropa con pena, le señalaron la torre ella se despidió y corrió hacia el cuarto, tocó la puerta cuando el chirrido de la puerta la hizo querer irse de ahi.

—¡¡Llegaste!!—Grito sonando por todo el lugar, miró a todos lados buscando—¡Aquí arriba!—Subió la mirada y vio a su Tío bruno con una placa verde en sus manos, temio por su vida, nunca le ha gustado que sepan de ella, sin su permiso, subió las escaleras casi corriendo—Se que debí pedir tu opinión, pero la visión llegó a mi, por si sola.

—¿Qué?

—Si, ella simplemente hizo... Pom... Y te vi a ti junto a alguien que aun, no se da su completa imagen—Contestó feliz, mostrando la placa, ella de la mano junto a otra persona—Pienso que es alguien cerca de ti o que estás conociendo.

 Luisa Madrigal y tu (Encanto) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora