El heredero pensativo y no muy convencido era perseguido por las dos chicas apuradas, seguían, seguían, seguían hablando de lo mucho que necesitan tiempo a solas, necesitan tomar aire, lejos de todo cuando él se detiene de golpe y las ve.
—¿Dónde se supone que irán?—Preguntó cruzado de brazos.
—Pues algo apartado del pueblo, ya sabes pasando ligeramente del territorio, por la cascada—Contestó algo nerviosa Beatrice, el heredero alzó la ceja y suspiro.
—Está bien—Las dejó solas—Beatrice, ven aqui—La llamo unos pasos a delante, ella fue rápidamente—Si sucede algo, solo gritas, oky.
—Lo sé, lo se, lo se, lo se—Contestó regresando hacia Luisa, las vio saltar felices, dio la vuelta y regresó a su oficina.
Sin esperar la pareja a escondida alistó sus cosas, comida, ropa y entre muchas cosas más, Luisa se dejó guiar por Beatrice, atravesaron mucha vegetación, le dio curiosidad y volteo, están algunas raíces sin poder seguirlas más.
Después de unos minutos se enamoraron más, la luz daba efectos de muchos colores, el agua es como un espejo, aquí es donde las hojas son tan grandes como sentarse, colocaron las comida.
—Este lugar es bello—Sonrió mirando a todos lados, sintio su mano ser tomada con fuerza, volteo su rostro, para que unos labios la besaran—Beatrice ¿Qué haces?—Se separó muy roja.
—Nada, nada acaso no puedo besarte de vez en cuando—La abrazo fuerte.
—El heredero nos puede ver—Palmeo su espalda nerviosa, unas manos toman sus caderas, ella se sonrojo, Beatrice la miró a los ojos.
—Estas nerviosa, nunca has hecho esto con alguien—Pregunto apretando algo a Luisa—Quiero que seas mía, ni quiero que mi hermano te toque, solo yo, por fabor—Me rogó algo apenada.
El lugar fue testigo de lo que ocurrió en ese momento, dos mujeres amando se se entregaron una a la otra sin medir problemas o algún error en su camino, una manta las cubre de pies a cabeza, muy abrazadas pero felices, se duermen un par de horas disfrutando su tiempo a solas.
—Creo que ya deberíamos irnos—Sugerio Luisa mirando a su chica.
—Me parece bien, me levanto primero—Agrego tomando su ropa, la otra hizo lo mismo—Mira Luisa, esa flor de ahí—Señaló una enorme planta—Esta preciosa, la puedes traer para mi.
—Claro que si—Se acercó a la orilla de la hoja, estira su mano para tomarla, rozo un pétalo, se estiró aún más arrancando la flor—La tengo—Se giro para ver a Beatrice, una mirada de puro terror la azotó, entre las ramas una raíz con un ojo las observa fijamente, Luisa retrocede un poco—D-detrás de ti—Su pie se resbaló haciendo que por inercia se agarro de la hoja.
—¡Luisa!—Corrio tropezando en el intento, la tomó del antebrazo, intentó subirla pero no puede, el lodo no ayuda y las dos poco a poco se acerca más al precipicio—Hay no, ayuda, por favor alguien, ayúdeme—Miro sobre su hombro, al no ver a nadie, unas lagrimas de impotencia la llenan, la mano de ella se empieza a resbalar, Luisa no puede agarrarse de nada, todo a su alrededor está resbaloso—¡¡Ayúdenme!!—Grito preocupada, su cara está empapada—Hermanito, ven por favor.
—Beatrice, sueltame, puedes caer tu también.
—No, no, no, puedo—Contestó negando con la cabeza, parte de su torso ya está fuera, Luisa intenta safarse—No lo hagas, encontraré una solución, solo espera—Con la otra mano, intenta apartar la mano de la pequeña—¡Ya basta!
—Sueltame ya—Jalo su mano saltando el agarre, Beatrice volvió a gritar pidiendo ayuda, cerró los ojos esperando el impacto, una piedras enormes la tomaran abajo, a punto de chocar unas manos sostienen su cabeza—Estoy flotando, eso significa que estoy muerta o medio viva.
—Creo que sería a salvo, mi vida—Agregó una voz un tanto molesta—Se puede saber ¿Por qué demonios estabas colgando de la hoja?—Subio a la hoja, bajandola de sus brazos
—Estas viva—Se lanzó llorando a Luisa—Cuando te vi caer, se me nubló la vista, estoy arrepentida de haberte traido aqui—Seguía llorando a mares.
—Me tranquiliza que estés arrepentida, pero debemos irnos, este lugar no es lo mejor para pasar el rato—Camino hacia ellas—Ya en la casa, me explicaran todo—Las vio con enojo, ellas asintieron, una enorme rama les indico que se subieran.
Al llegar a la casa, los tres bajaron, dos un poco asustados, él otro más bien riendo, Luisa se fue al cuarto del heredero cuando escucho la puerta siendo abierta, se cubrio con la sabana al sentir un peso en la cama.
—¿Estas enojada?—Preguntó riendo, el bulto en la cama, se acercó y lo abrazo—No lo estas—La abrazo con cariño, ella se apartó del abrazo—Me imagino que quieres estar sola, me iré cualquiere cosa me llamas.
Así el chico dejo sola a su esposa, mientras aún piensa en lo que ocurrió en la cascada, se pregunta ¿Lo engañe? La repuesta es obvia ¿No? Si lo hice y con su hermana, nunca pensé que podía llegar hacer eso.
Su estómago rugio por la falta de comida, bajo a la cocina y se topo con la abuela Isabel hablando con el heredero.
—No crees que Beatrice anda muy apegada a Luisa—Dijo la abuela Isabel curiosa.
—No le veo lo raro, me gustan que se lleven bien, aunque no lo crea, Beatrice es el puente entre la familia Madrigal y la nuestra—Explicó con obviedad—Yo a los Madrigal no les agrado.
—Eso es verdad, bueno haya tu—Dio la vuelta saliendo de la cocina, llegó una carta a las manos del heredero, la leyó y se fue deprisa, tal vez es una emergencia, tomó algunos postres y se fue cuando llegó la noche, las dos se volvieron a ver en la cena, el puesto de Luisa se coloco al lado del heredero.
Él toma la mano de Luisa y besa muy seguido, la cual por la cara de Beatrice no le parece agradable, ver como la besa, y la acaricia frente a ella.
—Estamos la familia reunida, los Madrigal con nosotros—Aplaudieron todos los presentes, comieron en silencio, algunos besos en la cabeza de Luisa, ponían a Beatrice furiosa—Una pregunta ¿Cuándo tendrán hijos?
—Eso, lo decidirá ella, necesito que estemos los dos listos—Miró a Luisa con cariño, pasó la comida, él llevó a su esposa lejos pero los seguía una sombra de cerca—No debes dejarte influenciar por mi familia, oky.
—Lo sé, cuando estemos los dos listos y tengamos tiempo—Lo abrazo, su rostro fue con ambos manos, un beso subido algo de tono, se separó algo feliz—Eres un...
—Adiós, te amo—Beso su frente y se fue volando.
—Bravo, si tanto te gusta él, es mejor que te vayas—Hablo una voz detrás de ella, Beatrice la mira llorando.
—No, sabes que hago esto por nosotras, yo no lo amo—La abrazo brindándole cariño—Pienso en nuestra relación.
—Prometeme que solo serás mía, nunca dejes que él... Te aparte de mi, te amo y mucho.
Un último beso les hizo ir a la cama, en donde otra vez se demuestran su amor, una rama algo inquieta se acerca al heredero.
—¿Qué te pasa?—La acarició con cariño, ella se apego a la cabeza del chico, contando que fue lo que vio.
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Luisa Madrigal y tu (Encanto)
Fanfic*Luisa Madrigal no me pertenece. *El personaje es un hombre, ya les advertí. *Eviten odio a esta historia, si no es su agrado le pido se vaya. *Esta historia tendrá temas fuerte y situaciones que a algunos le molestara. * Las imágenes que veremos en...