Capítulo 16

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Por una semana el pueblo estuvo ocupado, pues su guardián se casara y con la mejor novia que puede haber, obvio invitaron a la familia Madrigal a la celebración, como siempre le dieron la bienvenida con ánimo y música, les apartaron un cuarto para ellos descansarán.

Luisa se mantuvo algo lejana de su novio, le dijo que se encargará de todo él, lo cual no vio el problema, le dio su espacio aunque no le agrado tener que hacer todo, la boda es de los dos no de uno peri se reservo el discutir con ella.

El heredero está en su oficina pensando ¿Por qué está tan triste su novia? Decide tomar valor y llegar a su cuarto, la busca por todos lados, desde hace un tiempo supo que Luisa va ahí, para estar sola, la ve dormir abrazando un peluche.

Se acomoda a un lado, y la escucha balbucear, el sueño le gana se acomoda a su lado ycae en un profundo sueño, con sus alas hace una manta abrazando a su prometida.

—Que calor hace—Farfullo abriendo los ojos, se topa con el pecho de alguien, sube la cabeza para ver al heredero dormido—Despierte.

—Estoy dormido, déjeme descansar.

—¿Y tú trabajo?—Levantó una ceja con duda.

—Estoy trabajando ahora mismo—Contestó somnoliento.

—Desde cuando tu trabajo es abrazarme todo el dia—Agregó. molesta.

—Desde que te veo, un poco deprimida—Dijo con obviedad, se separó del abrazo y la vio, Luisa bajó la mirada culpable, tiene razón, Beatrice no quiso arriesgarse por ellas, es obvio que no está bien, pero ya no puede hecharse para atrás—Discutiste con alguien, si es así te aconsejo ir a arreglarlo—La tomo de la mano, le dio un beso a la frente y se fue, Luisa sonrio feliz por que él siempre está pendiente de ella—Te dejaré sola para que lo pienses mejor.

Luisa suspiro cansada, miro al cielo y comenzó a enfadarse, que clase de estupidez iba hacer, se levantó del suelo, tiene mejores cosas que hacer, se casara con un hombre que la ama y eso es lo que debe importarle.

—Heredero—Lo llamó, él sólo volteo confundido—Creo que ya es tiempo de que me haga cargo de algunas cosas.

—¿Cómo cuáles?—Preguntó levantando una ceja cruzandos de brazos.

—Mi vestido de novia—Contestó firme, él abrió los ojos para luego abrazarla—El pastel también, que sabor escojeremos.

—Él que te guste a ti—Luisa nego—Como pasteles todo el tiempo.

La pareja tomados de la mano escojieron sobre los colores de la boda, el orden de los asientos, por algunos dr esos días van de paseo todo el tiempo, sin contar el hecho de que Luisa ve a Beatrice algo dolida, pero lo ignoraba y siguio su camino, una vez pasó por el cuarto de ella, solo escucho sollozos.

El día de la boda por fin llegó, las dos familias se transformarán en una sola, sus primos y hermanas la ayudan a arreglarse, dejaran su cabello suelto con algunos adornos, el lugar es alumbrado por faroles, sus suegros y padres están una mesa aparte junto a un estanque, suspira y se mira al espejo.

—Vaya, me veo tan hermosa y el vestido es lo mejor, gracias Mirabel—Miro a la chica, quien está llorando—Jejeje ¿Cómo me veo?

—Pues con el espejo, no lo vez—Contestó en broma Camilo, todos visten con colores negros y los novios de blanco y algunos colores como el rojo o morado, pero son muy neutros para verlos de lejos.

Agustín esta llorando de felicidad, lleva a su hija para casarse, todos los invitados los esperan en sus asientos, el árbol se ve cada vez más grande y bello, el novio está en el altar volando de un lado a otro.

 Luisa Madrigal y tu (Encanto) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora