UN ENCUENTRO

C A P I T U L O - C I N C O

CAPITULO CINCO:

Era el día en el que mi amiga Hallie, haría sus quince años y estaba nerviosa. 

Estaba con ella en mi habitación, viendo sus uñas recién pintadas. 

—Me pongo nerviosa. ¿Si sale algo mal?

—No creo— me levanto de mi cama y me pongo a ver las dos opciones de vestidos que tengo. Uno crema largo, y otro con un escote no tan revelador, corto, de color rojo vino. —¿Cual?—le pregunto

—El rojo. Llama la atención. Es el color de mi vestido. Me gustaría que fueras del color. Tipo, mi dama ¿Entiendes?—me mira, feliz—Y es como... amor, fuego, pasión, seeexoooo

—¡Pendeja!—le llamo la atención.—¡Mis padres están en su habitación!—chillo

—Perdón—se tapa la boca.

Hallie se tuvo que ir. Tenía que peinarse y alistarse completamente de las puntas de los pies hasta su último cabello.

Yo hice lo mismo. Cuando bajé al primer piso, mis padres se me quedaron viendo.

—¡Estás bellísima!—papá alaga besando el dorso de mi mano— ¡Ya quiero que sean tus quince!

—Debería ser yo la emocionada, o mi madre, pero lo eres tú—me burlo, yendo a la entrada. —¿Me llevarás?

—Y te recogeré. Tres de la mañana te quiero sin olor a alcohol. Bien vestida, y tu labial, por favor, que no esté corrido. No quiero pensar otras cosas—pide.

—Si, si—salgo y me encuentro a mi madre sacando unas cosas que dejó del auto.

—Estás bella, amor—sonríe, me besa la mejilla y se adentra

••••

Llego al local donde se hará la fiesta. Es grande. Muy grande para mi gusto. El rojo resalta por todas partes combinado con toques blancos y negros. Los gustos de mi amiga son algo diferentes a los míos. Diría mucho.

La sección donde están solo los amigos de Hallie está llena de conocidos y desconocidos. Seguro son de su otra escuela.

¿Habrán viajado de España hasta acá?

Me acerco y me tenso cuando todos los chicos me miran llegar. Tatiana alza la mano y sonríe. Me da un espacio y me toma del rostro como si me examinara

—¡Estás preciosa!—me abraza— Y no sabes...—mueve sus hombros al ritmo de la música que suena por el momento bajo.— Vino. Él.

—¿Él?

—¡Sí! ¡Vinnie!—muerde su labio— Y se ve muy, muy, sexy. Sus collares les queda de puta madre.—lo mira con disimulo y luego desvía su atención hacia otro lado— Ah, y también vino Milan. No sé quién lo invito, pero ya sabes, se expande el rumor cuando hay fiestas.

Lo miro rápidamente y trago grueso al ver que me miraba. Mi estómago revolotea con fuerza al verlo venir por acá. Mi corazón pide salirse de mi pecho. Mierda, mierda, mierda.

Intento irme. Me levanto de mi lugar y me encamino hacia el tocador de mi mejor amiga, pero me detiene, sonriendo tiernamente

—Hola

Hola papucho.

—H...Hola— susurro apenas

—Estás linda

—¿Quién te invitó?—espeto de frente.

Él ríe por lo bajo, y el simple hecho, me hace aguantar mi respiración.