Someter

19 4 2
                                    


"Are we happy in this hell?
Is there someone who can measure...

W hose pain is bigger?"

Someter...

Someterse...

¿Qué importaba ya?

La proximidad de los labios de Kanon era una evidencia demasiado tentadora. Demasiado real. Maliciosamente se acercaban, tanteando el aire, contaminándolo con el perfume del alcohol que de ellos emanaba, encendiendo aún más las brasas del infierno que se derretía frente a sí. La exitación que su instruída mano seguía moldeando sin cesar, se presentaba simplemente desquiciante...Toda la esencia de Kanon se estaba convirtiendo en una ofrenda carnal y sensorial imposible de eludir...a la que sucumbir era ya una cuestión de imperiosa necesidad.

Las manos que hasta el momento Radamanthys había mantenido firmes en la cintura de su víctima ascendieron hasta tomar su rostro con fuerza, evitando cualquier tipo de retirada a traición, y le besó.

Sin suavidad, sin tacto ni afecto...Únicamente con pura desesperación.

Kanon no pudo reprimir un gemido ahogado por el sello que recibía su boca, al sentirse invadida sin compasión, saboreada con intensidad...El derroche de sensaciones que esa lengua le estaba esparciendo por todo su ser turbaba aún más sus perdidos sentidos, enviándole a través de su espinazo unas corrientes que erizaban su piel como hacía tiempo que nadie se había dignado a hacer, despertando, muy a su pesar, sus más bajos deseos, despojándolos de cualquier control mental que sobre ellos pudiera ejercer.

Radamanthys seguía maltratando su boca, explorándola con profundidad, extrayendo de ella el amargo sabor del licor que seguía presente, haciéndolo suyo...o de los dos...

Sólo la falta de aire obligó a Kanon a apoyar sus manos sobre el pecho de Radamanthys y ejercer toda la fuerza que pudo para separarlo de él con rudeza. Únicamente el eco de sus agitadas respiraciones llenaba esa tenebrosa habitación, y allí estaban sus miradas, penetrándose en silencio, desafiándose, deseándose consumir en algo que ya ninguno de los dos estaba capacitado para evitar.

Radamanthys se acarició los labios con la lengua, degustando descaradamente un sabor ajeno.

Kanon se pasó el dorso de su mano sobre los propios, deseando disfrazar el gesto de un desagrado que se estaba convirtiendo en irreal.

Pero allí seguían sus miradas, resistiéndose a romper un contacto que destilaba perdición, incitando a librar una batalla en la que ninguno de los dos aún estaba dispuesto a mostrar capitulación...

Someter...

Someterse...

¿Realmente importaba?

Kanon agarró las solapas de la camisa de Radamanthys y tiró de ellas con terquedad, atrayéndolo hacia él, atrapando sus labios con divina precisión, violándolos con descontrolado apetito...avivando aún más su osadía al notar que la boca de Radamanthys se dejaba hacer, incitándole a profundizar un contacto en el que el sabor del whisky empezaba a destilar su soledad.

Las manos que se habían asido a la camisa que medio abrochada cubría a Radamanthys no aflojaron su agarre, al contrario...lo afianzaron aún más para evitar que el espectro le rechazara, manteniéndolo próximo a él mientras su lengua seguía descubriendo una boca tan masculina como la suya, y muy a su pesar, gozándolo...deleitándose con la rudeza que de ella emanaba. La falta de delicadeza en su contacto era simplemente lo más excitante que Kanon había experimentado en mucho tiempo...y poco a poco se descubrió cediendo a los impulsos que le empezaban a exigir más y más...Las manos se cerraron con más fuerza entorno a las telas que tenían amarradas, y súbitamente tiraron de ellas hacia los costados, arrancando los botones, abriendo la camisa al completo, retirándola con ferocidad del esculpido cuerpo que se habían atrevido a esconder.

The Dead SkinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora