Santuario
- Kanon...mírame...
La voz de Athena se percibía calma y serena, como siempre era su presencia. Las palabras no habían sonado como una orden, sino más bien como una invitación, pero Kanon no se sentía capaz de alzar la vista del brillante suelo que se extendía frente a él. Los remordimientos se habían agolpado en su garganta, dificultándole el fluir de sus propias palabras, humedeciéndole la mirada intensamente.
- Athena...yo...- Una pausa para intentar aclarar la voz fue imprescindible.- Yo...me arrepiento de todo lo que desencadené...- Otra pausa, y finalmente Kanon pudo hallar la determinación necesaria para alzar su acuosa mirada hacia la diosa que tantas veces parecía haberle prestado su ayuda desde la protección de las sombras.- Sé que no tengo derecho al perdón...
- Kanon, todo ser humano tiene derecho a ser perdonado. Todo hombre debe tener una segunda oportunidad.
- Fui muy ruin, Athena...
- Lo reconoces, y te arrepientes.
- He causado muchas muertes inocentes...Quise adjudicarme la tuya...
- Pero no lo hiciste.
- Aún así, me salvaste en incontables ocasiones en Cabo Sunion...y no lo supe ver hasta que un simple Caballero de Bronce me quitó el velo de los ojos.- Kanon seguía postrado frente a Athena, y desvió la mirada unos instantes, recordando las veces que había creído ahogarse, y el renacimiento que seguía a sus pesadillas cada vez que la marea bajaba y la consciencia volvía a él.- ¿Por qué Athena?...¿Por qué me salvabas si sabías que mi alma estaba podrida de maldad?- Los verdes ojos de Kanon volvieron a buscar refugio en la serena mirada de la diosa, que le observaba con infinita ternura, regalándole una sutil sonrisa que suavizaba un poco el dolor que embargaba su alma.
- Porqué la parte noble de tu corazón estaba en letargo, Kanon...Sólo necesitabas tiempo para despertarla...
- Trece años es mucho tiempo, Athena...He causado mucho mal durante estos años...
- Y también te has opuesto a él. Te interpusiste entre el tridente de Poseidón y mi cuerpo. Recibiste su estocada, cuando ella iba dirigida a mí. Te debo la vida de mi cuerpo mortal, Kanon. Y éso es algo que no voy a olvidar.
- Athena...detener el tridente del dios al que yo mismo manipulé en tu contra es una nimiedad al lado de todo el dolor y sufrimiento que he sembrado...
- Es un comienzo.
- ¿Un comienzo para qué...?
- Para empezar a reconciliarte con tu propia alma.
- Mi alma no tiene reconciliación posible.
- La tiene, Kanon. Lo sabes. Por éso estás aquí.
- Yo sólo quiero pagar por mis pecados antes que la muerte me abrace.
Muerte...
Al pronunciar las seis fatídicas letras de esa palabra, todo el cuerpo de Kanon se estremeció, sintiéndose sacudido por un intenso escalofrío que le heló hasta el último pliegue de su alma.
Athena andó los pocos pasos que le separaban de Kanon, y con delicadeza de agachó, alzando una mano para rozar la mejilla de Kanon, que volvió a estremecerse ante una muestra de ternura que en ningún momento había imaginado que iba a recibir.
- Álzate Kanon, por favor.- Athena se incorporó, retirándose un poco, esperando paciente que Kanon obedeciera su petición.- La Guerra Santa ha dado comienzo., estoy convencida que también lo sientes..-Prosiguió Athena, una vez Kanon había abandonado su posición de respeto, mostrándose erguido frente a ella.- Todos los espectros de Hades han revivido...
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The Dead Skin
FanfictionPost Poseidón. "Kanon había llegado con vida a un reino dedicado a los muertos. Burlando sus leyes y con la ignorancia que al despertar, la traición le volvería a tentar." ¿Realmente el encuentro de Kanon con los espectros de Hades una vez convertid...