- Ikki...
- Kanon, no debería ser propio de tí dejarse atrapar en unas redes tan endebles como éstas.
- Ikki...no te quedes aquí...tienes que ir a ayudar a Shun...- Farfulló Kanon al tiempo que se iba recuperando del ataque de Minos y volvía a ponerse en pie.
- ¿Qué ocurre ahora? ¿Qué le pasa a Shun?
Minos y Aiacos se rieron con ganas ante la ignorancia de la situación que presentaba el Fénix, y sólo Radamanthys se dignó a clarificar las palabras que Kanon había dejado a medias.
- Es posible que tu hermano se haya convertido en el envoltorio carnal de nuestro Señor Hades.- Dijo el Wyvern con frialdad, ya con la compostura reinstaurada por completo.
- ¡Menuda estupidez estáis diciendo! ¡Shun no se separó de mí desde el momento en que nació. ¡¿Cómo diablos iba a ser Hades?!
- Vaya, vaya...- Se apresuró a intervenir Aiacos.- ¿Así que tu eres el hermano mortal de nuestro Señor? Déjame decirte que no debes preocuparte por él, está muy bien atendido por Pandora en estos momentos.
Pandora...
Ese nombre tampoco pasó sin más por la mente de Ikki. Ese nombre removió sus entrañas como si una garra las estuviera estrujando por dentro, refrescándole unos recuerdos que hacía más de diez años que alguien se había ocupado que durmieran muy profundos en su interior. Recuerdos dónde una niña aparecía abrazando un maléfico cosmos. Una niña que deseó con todas sus fuerzas arrebatarle a su hermano de los brazos. Una niña que al final desistió ante la determinante voluntad y coraje de un niño como ella, que no estaba dispuesto a entregar al único familiar que tenía a nadie. Ni mucho menos al servicio de nada.
- Así que esa niña era Pandora...la comandante de vuestro ejército de espectros...
- Bueno, ahora que ya se te han aclarado las dudas ¡ha llegado tu hora de morir, Fénix!- Exclamó Aiacos, que él mismo se había otorgado el turno de acabar con el Ave Inmortal.
Ikki fue atacado. Y fue derribado. Pero haciendo honor al nombre de la armadura que había elegido vestirle a él, Ikki siempre volvía a resurgir de sus cenizas. Más fuerte. Más poderoso. Con más coraje y convicción.
Aiacos no daba crédito a la voluntad que emergía del cosmos de ese muchacho, y seguía intentando derribarle sin éxito, frente a las estupefactas miradas de Minos y Radamanthys. Frente a la media sonrisa que Kanon no pudo evitar dibujar en su rostro, sabiéndose privilegiado espectador de un combate del cuál ya conocía el final.
- ¡Maldito Fénix! ¡¿Es que no vas a morir nunca?!
Una carcajada escapó de Kanon, que orgulloso observaba la inminente derrota de un espectro que había derrochado en demasía su soberbia y arrogancia.
- ¡Qué iluso que llegas a ser, Aiacos! ¡Nunca podrás con el Fénix! Créeme...sé de lo que hablo, porqué yo ya me enfrenté a él.- Exclamó Kanon sin rencor.
###
Elíseos
- ¡Malditos seáis todos! Al final Hypnos tendrá razón...¡Ninguno de vosotros está actuando el guión que tenía escrito! ¡Demasiados fuegos se están abriendo en el inframundo, y ni los tres Jueces son capaces de hacer nada para reconducir la situación!
Thanatos se estaba desquiciando al ser testigo de como su función urdida tantos años atrás se estaba desmoronando tras las bambalinas de un escenario que había dejado de pertenecer a su voluntad, y dónde se actuaba una representación improvisada de la cuál ya no tenía ningún control.
ESTÁS LEYENDO
The Dead Skin
FanfictionPost Poseidón. "Kanon había llegado con vida a un reino dedicado a los muertos. Burlando sus leyes y con la ignorancia que al despertar, la traición le volvería a tentar." ¿Realmente el encuentro de Kanon con los espectros de Hades una vez convertid...