" It all has ended, the clock's rewinded.
We don't mean anything to me. You think?
I killed this silence for you to end the night
The words are loaded, the wounds are open"
El alba despuntaba en el horizonte de un mundo que aún pertenecía a la humanidad, iluminando las lóbregas piedras que alzaban un grotesco castillo sembrado de muerte. El Castillo de Heinstein, le había dicho Dokho...el único punto del mundo que albergaba un portal que unía la dimensión de la vida con la eternidad de los campos de la muerte. Kanon había seguido los pasos de Dokho, el caballero considerado el más sabio de entre todos, el más respetado...el Viejo Maestro, sobreviviente de la última Guerra Santa, hasta allí.
El Castillo de Heinstein.
O el Castillo de Hades.
¿Qué importaba el nombre? Que la muerte estaba presente en ese oscuro lugar era evidente.
Y que un helado escalofrío había congelado cada célula del cuerpo de Kanon al pisar esos dominios también.
El aroma que contaminaba la atmósfera, las gélidas ráfagas de aire...la hierba seca y marchita bajo sus pies...el color gris de las rocas...Nada de éso le resultaba desconocido a Kanon. Sus sentidos reconocían ese lugar, pero su mente se negaba a recordar.
Dokho no vaciló en internarse en el Castillo, descubriéndolo completamente vacío y solitario, envuelto únicamente por el aura de maldad que emanaba por cada grieta de sus aparejadas piedras.
Aioria, Mu y Milo ya habían accedido ahí, y los Caballeros de Bronce les habían seguido en su suerte. Era primordial unirse a ellos, apoyarles en la batalla contra el ejército de Hades, y Dokho parecía más que decidido a conseguir dicho objetivo, dejando a Kanon atrás.
¿Cómo podía pensar Dokho en iniciar batalla en esos dominios? ¿Acaso no sentía el entumecimiento de su cuerpo y la disminución de su cosmos? ¿O estas sensaciones las experimentaba exclusivamente él? ¿Y por qué le parecían tan familiares?
- ¡Kanon, debemos apresurarnos!- Le había demandado Dokho desde la distancia, sacándolo de su ensimismamiento.
- Dokho...¿a caso no sientes tu cosmos disminuir peligrosamente?
- Ésto es debido a la barrera protectora que Hades tiene levantada alrededor del castillo...Por este motivo apremia que hallemos el portal que nos conducirá al Averno lo antes posible. ¡Venga Kanon! ¡Sígueme!- Una fuerte explosión de energía los sorprendió de improviso. Una energía oscura batallando contra los marchitos cosmos de sus camaradas, extinguiéndolos...Borrándolos por completo de la faz de la tierra.- ¡Kanon! ¡Reacciona de una vez!- Exclamó Dokho, avalanzándose hacia dónde había percibido ese choque de energías.
Pero Kanon no le podía seguir...Algo se lo impedía. Algo en su interior le decía que esas húmedas paredes escondían una verdad que su mente insistía en mantener velada. Ese aroma nauseabundo...esa fragancia a putrefacción que se empecinaba en hacerle querer recordar todo lo que su mente le negaba, pero que estaba ahí, dormitando entre ese eterno gris...
Dokho había desaparecido tras el último fulgor de unos cosmos compañeros, y él se había quedado solo. Deambulando sin sentido por unos oscuros pasillos que parecía que sus pies conocían, conduciéndole hasta un gran salón, presidido por un cuadro grotesco. Un cuadro familiar, dónde una niña le regalaba una violeta mirada cargada de inocencia. Y pavor.
Esa mirada...la había visto en algún lugar ¿pero dónde? ¿cómo era posible que su inconsciente le guiara por unas estancias que sus ojos no conocían? ¿o quizás sí?
ESTÁS LEYENDO
The Dead Skin
FanficPost Poseidón. "Kanon había llegado con vida a un reino dedicado a los muertos. Burlando sus leyes y con la ignorancia que al despertar, la traición le volvería a tentar." ¿Realmente el encuentro de Kanon con los espectros de Hades una vez convertid...