Todas las buenas intenciones de Pandora de acudir a Radamanthys y hacerse perdonar se esfumaron de un plumazo. Hallarlo allí, en compañía de esa maldita rata rescatada de las inmundícias de los terrenos de otro dios sin su permiso, dejándose saborear con semejante lascivia y lujuria...éso...éso era una afrenta directa a su autoridad...y lo que era peor...una muestra inequívoca de que todo lo que ambos habían compartido en la intimidad no había resultado más que una farsa...una despreciable mentira que ella siempre necesitó creer como verdadera, y que la mirada que le brindaba Radamanthys le revelaba que no había sido así. Que quizás nunca había sido así...
Pandora necesitaba huir de allí, no deseaba seguir siendo testigo de una escena tan dantesca como ésa, pero algo la mantenía firme en el umbral de la puerta, con los ojos anegados en lágrimas de frustración y soledad. De amarga soledad. Su labio inferior temblaba de furia, y tuvo que mordérselo levemente para disimular la desesperación que ya no se podía encubrir de ninguna manera.
Una desafiante y fija mirada y otro descarado trago a la botella, seguido de un altivo alzamiento de mentón señalándole el camino a emprender, fueron más que suficientes para hacer que Pandora escapara de allí.
Las lágrimas ardían al paso sobre sus jóvenes mejillas, y sin poder soportarlo más, huyó.
Un sonoro portazo así lo confirmó.
El estruendoso golpe no hizo otra cosa que ayudar a agudizar más el dolor que martilleaba la cabeza de Kanon, completamente ajeno a lo que sucedía a su alrededor. La mano de Radamanthys que se había enredado en su cabello tensó más su agarre, invitando a Kanon muy descortésmente a levantar el rostro y alejarlo de su entrepierna, azotada por el etílico aliento de quién era incapaz de asimilar nada de lo que estaba ocurriendo.
- Maldito cabrón...- Refunfuñó Kanon, que ya no sabía si lo que le dolía más era el puñetazo recibido en pleno estómago, el tirón que Radamanthys imprimía en sus cabellos o las punzadas que asaltaban sus sienes.- ¡Suéltame!- Un torpe manotazo lanzado al aire como quién quiere espantar una mosca no consiguió que el espectro soltara el embrollado mechón.
- ¡Pues sal de encima mío!
Radamanthys, manteniendo aún el agarre a la añil cabellera, no dudó en incorporarse lo justo para empujar sin delicadeza a Kanon, soltándolo al fin, haciendo que cayera de culo al suelo. Los efectos etílicos obraban el milagro que Kanon no fuera capaz se desafiar a nadie con su mirada, achicada, enrojecida y cubierta por sus desarreglados mechones, que caían sobre su rostro, protectores de una dignidad que en esos momentos brillaba por su absoluta ausencia. Una temblorosa mano viajó hacia las heridas de su abdomen, comprobando por pura inercia si las cicatrices se habían vuelto a abrir.
- No te golpeé en las heridas...¡así que deja de mirártelas como un estúpido!- Exclamó Radamanthys, dejando la botella sobre la madera del escritorio con gesto brusco.
La voz de Radamanthys llegaba con dificultad a los oídos de Kanon, que sentado sobre el suelo como un niño caído seguía palpando las incisiones con un dedo, para seguidamente alzarlo a la atura de sus ojos y apreciar la ausencia de sangre.
El Wyvern se estaba desesperando ante la lentitud de movimientos y reacciones de Kanon, y la imagen de Pandora, fracturada y derrotada, no paraba de reproducirse en su mente cada vez que los párpados acudían a humedecer sus pupilas. Una serie de acontecimientos mal calculados y dispuestos de manera equivocada en el plano del espacio-tiempo habían atrapado a Radamanthys en un callejón sin salida, y del cuál ya no sabía cómo escapar.
Él no tendría que haber discutido con Pandora...era innecesario...prescindible...Simplemente tendría que haber obedecido, como dictaba su maldito deber, quedarse a dormir su lado, abrazándola y creyéndose a veces que ése simple gesto le reconfortaba...Sí...éso habría sido mejor...De ésta manera Pandora no hubiera resultado herida por una maraña de malas coincidencias alimentadas por una fútil rebeldía, él estaría a salvo de una furia que no sabía cómo iba a contener y no se hubiera encontrado con Kanon, borracho y entrometido, revoloteando entre su privacidad, convirtiéndose en ignorante cómplice de su desafío más vacuo y demencial.
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The Dead Skin
FanficPost Poseidón. "Kanon había llegado con vida a un reino dedicado a los muertos. Burlando sus leyes y con la ignorancia que al despertar, la traición le volvería a tentar." ¿Realmente el encuentro de Kanon con los espectros de Hades una vez convertid...