Visita inesperada.

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Los días pasaron desde que viajo y regreso de Hogwarts, Liliana cambio de página de su libro de Defensa en Contra de las Artes Oscuras, a pesar de ser muy tarde, no tenía sueño, y se sentía molesta de ser vigilados por Colagusano, pero no era algo que podría hacer en su contra. Él estaba allí por órdenes de Lord Voldemort. 

Unos murmullos de la puerta se escucharon y se padre, nada sorprendido, abrió la puerta.

— Narcissa — dijo su padre. — ¡Que agradable sorpresa!

— ¡Hola, Severus! — repuso ella con un forzado susurro. — ¿Podemos hablar? Es urgente.

— Por supuesto.

Retrocedió para dejar pasar a las tres mujeres, Liliana miro a Narcissa y fue donde ella.

— Tia Cissy. Bienvenida.

— Ah, Lily, querida, así que estas solo tu aquí o...

— ¡Hola, Snape! — saludó con tono cortante al pasar por su lado. 

— Hola Bellatrix. — le dijo y sus delgados labios esbozaron una sonrisa medio burlona mientras cerraba la puerta con un golpe seco.

Snape hizo un ademán invitando a Narcisa a tomar asiento en el sofá. Ella se quitó la capa, la dejó a un lado y se sentó; a continuación, juntó las blancas y temblorosas manos sobre el regazo y se puso a contemplarlas. 

Bella se quitó la capucha con parsimonia. Era morena, a diferencia de su hermana por lo que su padre le había comentado y tenía razón, aquella mujer tenía párpados gruesos y mandíbula cuadrada. Se colocó de pie detrás de Narcisa sin apartar la vista de Snape.

— Colagusano, ve y trae un como para que tomemos todos. Siento que esto va a tardar mucho.

Colagusano protesto, pero aun así lo hizo. Llego con las copas y se las entrego a todos.

— ¡Por el Señor Tenebroso! — dijo Snape alzando su copa, y se la bebió de un sorbo.

Liliana levanto la copa y bebió un poco al igual de ambas mujeres.

— ¿Y quién es esta cosa? — apunto Bellatrix a Liliana.

La chica frunció el ceño, indignada. — No soy una cosa.

— Es mi hija. — dijo Snape. — Pero creo que no hemos venido para hablar de ella, ¿No es así?

Cuando se hubo bebido la segunda, Narcisa dijo con precipitación: 

— Si... Perdona que me presente aquí de esta forma, Severus, pero necesitaba verte. Creo que eres el único que puede ayudarme...

Snape levantó una mano para interrumpirla y volvió a apuntar con su varita a la puerta de la escalera secreta. Hubo un fuerte golpe y un chillido, seguidos de los pasos de Colagusano, que corría escaleras arriba como podía, ya que se escuchaba un poco cojo.

— Te pido disculpas — dijo Snape. — Últimamente se ha aficionado a escuchar detrás de las puertas. No sé qué pretende con eso, la verdad. ¿Qué decías, Narcisa?

— ¿Y ella? ¿Estará aquí? — dijo con desden.

— No me importa que este aquí. — le dijo Narcissa a su hermana. — Confió en ellos.

— Pues yo no.

La mujer inspiró hondo, se estremeció y empezó de nuevo. 

— Severus, ya sé que no debería haber venido; me han dicho que no le cuente nada a nadie, pero... 

— ¡Entonces deberías callarte! — le espetó Bellatrix. — ¡Sobre todo delante de ciertas personas!

Liliana frunció el ceño y levanto su varita. — No le trates así.

La Hija De Los Potter. (6)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora