La señora Weasley se acercó para ver qué eran los micropuffs, y Harry, Ron y Hermione tuvieron ocasión de echar una ojeada por el cristal del escaparate. Draco Malfoy, solo, corría calle arriba. Al pasar por delante de Sortilegios Weasley miró hacia atrás, pero segundos más tarde lo perdieron de vista.
— ¿Dónde estará su madre y Lily? — se preguntó Harry frunciendo el entrecejo.
— Por lo que parece, le ha dado escabullo — dijo Ron
— Pero ¿Por qué? — se extrañó Hermione
Harry se esforzó por hallar una respuesta.
No parecía lógico que Narcisa Malfoy hubiera permitido que su precioso hijo se alejara de su lado; parecía que Draco debía de haber utilizado toda su habilidad para librarse de ellas. Harry, que conocía y odiaba a Draco, sabía que las razones de este no podían ser inocentes. Y su odio crecía hacia él, a causa de estar con su hermana y manipularla al grado de ponérsela en su contra.
Lo sabía y lo sentía, había encantado a Liliana de alguna forma en la que nadie se diera cuenta. Porque por lo que recordaba ella le tenía un profundo resentimiento hacia él, en su segundo año y en el tercero por mandar a matar a Buckbeak, su preciado hipogrifo.
Recordó también como Liliana puso una cara de odio mientras rompía la carta que le había enviado y la echaba al fuego en la cabaña de Hagrid. Recordó por lo que había sufrido por Buckbeak, incluso, la había chantajeado para ella volviera a su lado, causándole más odio y repulsión había él.
Desde lejos se notaba que sufría e ignoraba a Malfoy y todo relacionado con él. Pero ahora... De la nada, ¿Eran novios? No lo entendía.
Malfoy había hecho algo con ella, de eso, estaba seguro.
«¿Y si fue a buscar una opción para enamorar a Lily? ¿Y si va por esa cosa que la tiene así?»
Echó un vistazo alrededor: la señora Weasley y Ginny estaban inclinadas sobre los micropuffs; el señor Weasley examinaba con interés una baraja de cartas de muggles marcada; Fred y George atendían a los clientes, y al otro lado del cristal Hagrid estaba de espaldas mirando a uno y otro lado de la calle.
— Pónganse la capa. — le ordeno a Hermione y a Ron. — ¡Rápido, de seguro tiene algo que ver con Lily!
— He... No se Harry... — vaciló Hermione, y echó un vistazo a la señora Weasley.
— ¡Vamos! — la urgió Ron.
Hermione titubeó un segundo más y luego se deslizó bajo la capa con Harry y Ron. Nadie advirtió que se habían esfumado: todos estaban centrados en inspeccionarlos productos de los gemelos.
Los tres amigos fueron abriéndose camino hasta la puerta tan deprisa como pudieron, pero, cuando llegaron a la calle, Malfoy se había desvanecido con la misma habilidad que ellos.
— Iba en esa dirección — murmuró Harry en voz baja para que no los oyera Hagrid, que tarareaba una melodía. — ¡Vamos!
Echaron a andar por la calle, observando a derecha e izquierda y en puertas y ventanas, hasta que Hermione señaló al frente.
— Es ese de ahí, ¿no? — susurró. — El que ahora gira a la izquierda.
— Vaya, vaya — susurró Ron.
Malfoy, tras mirar en derredor, se había metido por el callejón Knockturn.
— Rápido, o lo perderemos — instó Harry, y aceleró el paso.
Harry lo atribuyó a que, en esos tiempos de peligros y sospechas, uno se arriesgaba a delatarse si compraba artilugios tenebrosos, o al menos si lo veían comprándolos.
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La Hija De Los Potter. (6)
Hayran KurguEl mundo ya sabe que Voldemort ha regresado y en Hogwarts se duplicaron las medidas de seguridad. Liliana ha logrado quitar la maldición de los libros y se los ha entregado a Dumbledore pero ahora tiene una misión, que cree que no podrá cumplir. _...