El funeral de una araña.

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Liliana abrió la boca para hablar pero luego la cerró, no sabia que mas decir, Myrtle le había contado, lo de Draco, de como se había descompensado, otra vez.

«Nos necesita...» [No, no puedes estar cerca de el, no puedes. Ya no puedes.]

Un sentimiento amargo golpeo su cuerpo y asintió con la cabeza al fantasma que mantenía su mirada en ella. 

— Cuídalo, Myrtle.

— Aun no entiendo por que tengo que ser yo quien haga eso por ti.

— Ya te lo dije. — le sonrio. — Porque somos amigas. Y se que lo cuidarás mejor que nadie.

— No será que te cansaste de el ¿O si?

— Nunca lo haría. — negó con la cabeza.

— Aun así, le borraste la memoria. — farfulló.

Liliana tomo una de las pociones que había realizado, y pego un papel en el, para luego escribir «Poción para el dolor de espalda.» Luego tomo otra poción y siguió trabando.

— A dicho que se siente solo, y que no tiene a nadie a su lado que lo cuide y lo reconforte, se siento desprotegido. — continuo el espectro, mientras volaba a su alrededor. — Y también te ha llamado, una vez...

— ¡¿Como has dicho?! — Liliana se levanto de golpe. — ¿Cómo que me ha nombrado? ¿No será a otra persona? ¿Segura que era yo? Existen muchas chicas con mi nombre y...

— ¡No se! — exclamó. — Solo se que dijo "Lily"  Pero desconozco si realmente hablara de ti.

— Ya. — repuso y volvió su mirada a las pociones que tenia sobre la mesa. — Aun así, dudo que sea yo.

— Ya te he dicho que no se, ¿Para que sigues con eso? — el fantasma se cruzo de brazos. — ¿Y por que no mejor tiene una mirada fija en ti. — se rio. — ¡Y si se enamoro de ti de nuevo!

— Lo dudo. — Liliana puso los ojos en blanco, la ultima vez que hablaron, ella le había apuntado la varita y este, casi le lanzo la maldición Imperius. — Creo que mas le doy miedo y desconfianza.

— Que pesimista eres, Lily... 

Liliana sonrio de lado, le causo gracia su comentario. — ¿Y según tu, que quieres que haga con el?

— Bueno.... no se... ¿Devolverle los recuerdo?

— Lo despisto de algo que tiene que hacer, — Liliana suspiro. Más de una vez, a deseado devolverselos, pero no tenía el valor de hacerlo. — por eso le quite los recuerdos, y se los devuelvo, volverá a pasar lo mismo.

— ¿Y como crees que se ponga, cuando lo recuerde todo?

Liliana se detuvo de escribir y se quedo callada. — Supongo que enojado... — musito. — Pero eso da igual, aceptare las consecuencias con... 

¡CRAK! 

Un sonido se escucho, Myrtle dio un chillido y se escondió detrás de Liliana, como si aquel ser, pudiera lastimarla.

— Kreacher ha venido como la ama le ha ordenado. — se inclino el elfo doméstico. — Kreacher tiene hambre.

— ¿Qué te justaría comer hoy, Kreacher?

El elfo parpadeo por unos segundos y frunció el ceño.

— Lo que la ama le de a Kreacher, Kreacher se lo comerá.

— Como quieras. — Liliana apunto, con su varita a la mesita que tenia al final de su cama, he hizo aparecer unos emparedados, chocolate caliente y una media decena de galletas. — Buen provecho.

La Hija De Los Potter. (6)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora