Capítulo 8

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Abrí las puertas del comedor y junto a mis amigos, nos dirigimos a una de las mesas del comedor. Mis amigos se sentaron y pidieron su comida. Yo hice lo mismo pero me dirigí a la barra para coger por mi misma la comida.

—¿Otra vez?—me preguntó Alexei irritado mientras se colocaba a mi lado con los brazos cruzados.

Le di mi mejor sonrisa e ignorándolo, recogí mi bandeja de comida y me reuní con mis amigos. Me senté y empecé a comer mientras Willow hablaba mirando su móvil.

—Eres tendencia en Twitter—dijo Willow mientras me enseñaba la pantalla de su móvil. La frase "princesa capturada" era trending topic. Rodé los ojos y me llevé un trozo de carne a la boca. Ahora todo el mundo sabía que había sido capturada.

—Tu padre no se ha molestado en esconderlo—dijo Mason extrañado—. Como tampoco se molestó en esconder que te habías fugado.

Fruncí el ceño. Eso era verdad. De normal, mi padre hubiera encubierto mi huida del colegio para no formar otro escandalo real. Sin embargo, seguramente lo hizo para tener apoyo ciudadano en mi búsqueda. Puede que al final le sirvió de algo.

Seguía sin saber cómo me habían descubierto.

Yo misma me había tomado las molestias de irme del centro de la ciudad e irme hacia los barrios de las afueras. Me había cerciorado de que las personas cercanas no supieran mi autentico aspecto: me había teñido el pelo y me puse lentillas de colores hasta que lamentablemente se me acabaron y mi pelo creció lo suficiente como para revelar mi cabello castaño.

Lo más difícil de ocultar fueron mis ojos. Son heterocromáticos. Tengo un ojo de color verde y un ojo de color azul, lo que dificultó pasar desapercibida. Aún logré camuflarlos durante un tiempo.

—Mirad a quién tenemos aquí—dijo una voz a mi espalda y puse cara de asco. No necesitaba darme la vuelta para saber que quién había detrás de mi era Madeleine—. La fugitiva.

—Fugitiva seré por un delito de asesinato como no te largues ahora mismo—dijo levantándome y encarándola. Madeleine estaba enfrente de mí, con su cabello rubio teñido y su uniforme, ligeramente más corto que el de las demás. Junto a ella estaban sus dos mejores amigas: Alice y Roseline. 

Madeleine me observó de arriba a abajo antes de soltar una risita por lo bajo. Intenté abalanzarme contra su cuello pero la mano de Alexei en mi brazo me impidió darle un buen golpe.

—Princesa Madeleine, le ruego que deje a la princesa Emily comer tranquila—dijo Alexei con una voz firme y autoritaria que hizo suspirar a varias chicas a lo lejos—. Lleva unos días bastante estresada.

—Que te largues zorra—soltó Willow y Max, su guardaespaldas, le tapó la mano con la boca. Willow le mordió y Max soltó un grito de dolor.

Madeleine miró a Willow y soltó una risa de autosuficiencia. Yo me controlé para no arrancarle las extensiones rubias de su cabeza.

—¿No os enseñan modales?—preguntó Madeleine—. No me extraña. Vuestros padres no son... sofisticados precisamente.

Me crují los nudillos y Alexei me empujó detrás de él. Intenté apartarle pero su agarre era muy fuerte. Saqué mi cabeza por encima de su hombro y le dirigí una mirada asesina a Madeleine.

—Oye Em—dijo Madeleine. ¿Quién coño se creía para llamarme así?—. ¿Puedo hacerte una pregunta sincera? ¿Te dolió cuando te sacaron a rastras de ese almacén para toxicómanos?

¿Disculpa qué?

—Oh—dijo Madeleine—. ¿No te escapaste para drogarte? Ouch—dijo falsamente llevándose una mano al pecho—. Pensaba que sí. Me vi en la necesidad de informar a nuestros compañeros.

El comedor estalló en risas y aparté suavemente a Alexei enfrente de mi. Mason, cerca de Madeleine,  me miró extrañado y se apartó al ver lo que iba a pasar. Me acerqué a milímetros de su cara.

—Oye Maddie—le pregunté con una sonrisa y todo el comedor se quedó callado—. ¿Te dolió cuando te rompí la nariz? Porque voy a hacerlo de nuevo—dije y salté encima de ella.

Lamentablemente Alexei fue más rápido y en cuestión de segundos me apartó lejos de Madeleine y me inmovilizó los brazos detrás de él. Me retorcí en sus brazos pero fue inútil. Madeleine por su parte, también quiso abalanzarse sobre mí pero sus dos mejores amigas la retuvieron.

—¿Qué es este jaleo?—dijo una voz entrando en el comedor. Todos fijamos la vista en Michael, el profesor de geografía, que acaba de entrar corriendo y jadeando—. ¿Quién ha muerto?

—Nadie—respondí y fijé mi vista en Madeleine—. Aún.

Madeleine empezó a insultarme y Willow se levantó de su asiento para lanzarse contra ella. Max la retuvo mientras el profesor Michael se acercó aún más.

—Oh ya veo—dijo el profesor—. Chicas, seréis monarcas en un futuro no muy lejano. Debéis llevaros bien—tanto Madeleine como yo le miramos horrorizadas—. Así que ahora os pediré que os pidáis perdón para formar lazos en un futuro.

—No tenemos cinco años—le respondió Madeleine.

—Eso—dije—. Perdonar está bien pero mandar a la mierda es mejor.

—Si no os pedís perdón os llevaré ante la directora y hoy tiene un mal día—dijo guiñando un ojo—. Venga adelante.

Tanto Madeleine como yo nos sonreímos falsamente.

—Perdóname querida Em—dijo Madeleine—. La próxima vez preguntare a tus amigos toxi... a tus amigos como estás antes de propagar falsos rumores.

—Oh tranquila—le dije falsamente—. Yo lo siento mucho Maddie. La próxima vez te daré menos fuerte en la cabeza para que conserves más inteligencia.

Y tras dos sonrisas falsas, Madeleine se fue lejos de mí y yo le pise el pie a Alexei antes de sentarme junto a Willow, la cual, estaba casi igual de furiosa que yo.


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