Capitulo 17

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3 días después.

—Wow, entonces ¿tu y Jean...?

—¡SI! ¡NOS VAMOS A CASAR!—dijo Darían dando brincos por todo en el cuarto aplaudiendo—Y no acepto un "es demasiado pronto" de tu parte.

—No claro que no, al contrario, estoy muy feliz por ti Daris—dije sonriéndole.

—Y es que fue todo muy lindo y romántico, tan original y AHHHH—grito emocionada.

—Felicidades, ya me imagino la boda del año.

—Y claro que lo será, ya estoy preparando todo, quiero casarme lo más pronto posible, necesito un vestido hermoso de princesa, un lugar increíble, la iglesia y lo mas importante. La Luna de miel.

—¿Tienes alguna idea de a donde irán?

—Tal vez Hawái, Dubai, Tokio, no lo sé, pero debe ser increíble y perfecto.

—Estas muy emocionada y me alegra, sabes que cuentas conmigo para lo que sea.

—Bien, porque me ayudarás a preparar todo, Jean dejo todo a mi disposición, hasta su tarjeta de crédito, así que... esto implicará muchas salidas al centro comercial, ir a probar o degustar la comida, buscar el vestido y el lugar, hacer la lista de invitados y encontrar el pais de mi Luna de miel.

—Suena mucho trabajo.

—Y lo será, a diferencia de Jean yo quiero lanzar la casa por la ventana.

—A mi hermano le dará un infarto al ver lo que tendrá que pagar.

—Jean es rico, si pudo ir a miles de bares y llevar a cenar a muchas chica en lugares costosos antes de mí puede pagar la boda, ademas él me pidió matrimonio.

—Y...¿hablarán con tus padres y los míos?

—Mañana iremos con los míos y la próxima semana con mis futuros suegros, y necesito que tú y Mae estén ahí.

—Claro, no hay problema.

—Y me mudaré con Jean, dentro de unas semanas, estamos viendo eso también, literal fue la mejor noche de mi vida.

Y la mía igual.

Sonreí inconscientemente recordando lo qué pasó anoche en el baño del club de Alex.

—¿Y ahora tu? ¿Porque tan sonriente eh?

—Amm, por nada, recordé cuando Jean aún hacía berrinches por que no le dejaban comer chocolates y ahora se casa y con la mejor chica que pudo conseguir.

—Ay, gracias, ahora seremos cuñadas.

—Y tendremos más motivos para vernos, ya quiero ver a sus hijos.

—Jean no quiere, pero sedera, eso te lo seguro.

—Quiero verlo de papá ante de que muera.

—Por cierto, hoy has estado más sonriente de lo normal ¿hay algo que quieras contarme?

—Bueno pues...

Me interrumpió una chica que entró.

—Disculpe señoritas, hay un...obsequio para una de ustedes—dijo la muchacha a medio entrar.

—¿Para quien?—preguntó Darían.

—El repartidor no me especificó, hay una tarjeta aquí por si gustan leerla—dijo entrando con un gran ramo de rosas blancas con rosas rojas en forma de corazón.

Le dejo sobre una mesa en la habitación de Darían y se retiró.

—No creo que sea de Jean, las flores no son lo suyo, es más de dulces y esas cosas.

Mi buen amor || Naim DarrechiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora