Capitulo 4

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Reproduce la canción de arriba de
Olivia Rodrigo 💞

Como siempre, los gritos de Jay me despertaron a mi y a media casa, literal estuve al rededor de 1 hora y media tratando de dormirlo con Libardo. A las 7 de la mañana me volví a levantar para preparar o ir a ordenar el desayuno.

Ciertamente la cocina no era lo mío, no sabía ni preparar un triste sándwich, por eso Libardo en ocasiones cocinaba.

Me volvía a dormir y cuando desperté eran las 10 de la mañana, Jay lo estaba en su cuna así  que pensé que estaría con Libardo ya que él tampoco estaba. Agarre mi celular y tenia mas de 100 mensajes de Megan y 20 llamadas perdidas, lo cual ciertamente me alarmo demasiado. Le marqué y ella contestó inmediatamente, sonaba algo impaciente y rara.

—¿Que pasa Megan?

—Mira, hay algo que debes saber y yo decirte.

—Dime.

—No puedo decírtelo por teléfono ¿podemos vernos?

—Podrías ir a casa de Jean, ya vez que hace 2 meses se mudó de la casa de mis padres e iremos a comer, no creo que le moleste que vayas, ahí podríamos hablar más calmadas.

—De acuerdo ¿a que hora voy?

—A las 3 si te es posible, irán los demás chicos.

—Okey, nos vemos allá—dijo y colgó.

Sonaba alterada, quería decirme algo, y sonaba muy impaciente. Libardo entró con Jay en brazos que se estaba chupando su puñito.

—Ya te despertaste, Jay se despertó y no quería que lo hiciera contigo así que lo lleve al jardín, para que se distrajera un rato y calmara sus ansias—dijo Libi.

—Gracias, en serio necesitaba dormir.

—Este niño es muy hiperactivo, y eso que tú solo duermes, tiene la energía de esos cachorritos que corren por la casa, y cuando pueda caminar va a ser mucho más difícil.

—Ah, lo se, pero aún así, es divertido criarlo.

Libardo y puso a lado mío en la cama junto con Jay y lo dejo sobre el colchón, él ya gateaba, y lo hizo hacía mi, era muy lindo estar así los 3, sin todos los problemas que tenemos en nuestros negocios, y sin contar los problemas personales.

—Ojalá todo se congelará justo aquí y ahora, donde nadie nos moleste—dije acariciando la cabecita de Jay.

—A mi también me gustaría, no me imagino a Jay más adelante, ojalá nunca creciera.

—Me encantaría tener una vida normal, dejando a un lado este mundo de mierda, los lujos y ser alguien normal con una familia normal, algo común, algo que para nosotros es casi imposible, no quiero que Jay crezca y tenga que lidiar con esto. Esos negocios no son los mejores, y sinceramente no es el legado que quiero dejarle.

—Ni yo, ir a algún lugar donde no corramos ningún tipo de riesgo y no tengamos que cargar a los guardaespaldas todo el tiempo.

—Envidio a esas familias que salen en la tele, se ven tan felices.

—Y nosotros lo seremos, a nuestra manera y a nuestro alcance, pero lo seremos—dijo Libardo y se acercó a mí para besarme.

A pesar de vivir juntos no nos habíamos besado demasiado, eran pocas las veces que lo hacíamos, y menos eran cuando lo hacíamos en público.

Era todo tan tierno, todo tan lindo, todo eso era el, un chico muy tierno y lindo.

Una empleada entró interrumpiendo el beso para después disculparse y decir que el almuerzo ya estaba listo.

Mi buen amor || Naim DarrechiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora