Al pasar cinco años, la era del despertar los azota. Base que da por finalizado el tormento de Gamba, mujer de una deidad inexplicable por debajo de la tierra; ella quién es vencida por la temible catana roja, crea aún más controversias incluso desp...
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Para la mañana siguiente, fue como si de un balde de agua fría le despertara, no recuerda lo sucedido ni mucho menos del porqué su cuerpo estaba empapado de sudor, pero ahora podía sentir en cualquier estancia con serios problemas.
La zona no era reconocida, el hecho de que todo se mantenga oscuro puede deducir en el peligro que estaba, si acaso la rejilla de la ventana le daba acceso a un poco de aire, pero de ahí, su cuerpo pedía a gritos estar en a una temperatura más fría.
Observó a sus costados, notando que ambas muñecas se mantenían atadas al extremo de la estrecha pieza, en la parte de abajo, lo deduce como un charco de agua, no podía pensar más, la idea de que existan bestias por debajo de sus pies es algo que no le sorprendería.
—Si yo fuera tú, ni siquiera me movería...—expresó la dulce voz de una niña. Yaám no había notado que estaba a nada de encontrarse desnudo frente a ella—. Es peligroso si caes.
En sus manos tenía una hermosa liebre, a lo que por medio de aquellas rejillas hizo que algunos huesos se quebrarán, dejándolo caer lo que parecía ser una fuente de ácido, el cuerpo del animal desapareció en segundos. Yaám suspiro.
—Me dijeron que diese una vuelta para ver al gobernador, no me pude negar, siento que nos hemos visto antes —su boca estaba cubierta por una venda—. Bueno, mi trabajo aquí termina.
Detrás de ella apareció un chico, alguien desconocido para él. Miró con curiosidad, aquel lo devolvió agitando su mano, lucía como si las personas fuesen al circo a ver qué payasos encuentran en exhibición.
—Grandes días, señor gobernador, venimos en busca de un chico excepcional, quien nos ha dado más trabajo de lo normal —musitó Ender.
Yaám tenía muchas preguntas por hacer, pero aquella venda en su boca le molestaba en todo el sentido de la palabra. Las cuerdas fueron cortadas, para cuando creyó que toparía con el ácido, su cuerpo se detuvo ante una barrera que le impedía el acceso a la misma.
—No te apresures —dijo Hillary. Palmeó el hombro del chico para cuando se colocó de pie, Yaám sentía que sus piernas no reaccionaban como quería, la fatiga aumentaba, llegando a oprimir su pecho—. No esperes que sea paciente, no está de buen humor.
Ender lo sostuvo para así llevarlo de vuelta hacia la galería principal, antes de que sus ojos volvieran a cerrarse se percató de que el sol estaba por salir y aunque suene raro, él se sentía feliz. Ender tiró del cuerpo sobre el sello plasmado en el suelo, mientras que Gamba se retorcía de dolor, habían pasado más de dos días desde que Yaám se encuentra en manos enemigas, es un poco lamentable, pero su estado no daba como para continuar con lo que aquella mujer necesitaba.
—Malditos Groover —expresó Gamba.
Limpió sus labios, goteaba sangre y no por haberla bebido de forma voluntaria, Gamba al igual que Yaám estaban a un borde de la muerte. Ella necesitaba el cuerpo de un recipiente.
