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TURÁN

Gemma observaba con atención hacia la parte de afuera, por más que lo repitiera estaba consciente de que no podría acostumbrarse. Agitaba con cierta desesperación la cortina de la oficina, notando como el bulto en el cielo seguía siendo de su molestia, creyó que las pequeñas copas de nieves eran un impedimento hacia su visión, como si la habilidad de Yaám tratase de ocultar algo que ella pueda ver. Gemma podía sentir densidad en la atmosfera, como si algo fuerte ha pisado la tierra, haciendo que su piel se erice.

—No te acerques mucho —musitó Yaám colocando el abrigo que la chica dejó atrás para así ponerse a desordenar las cortinas—. Dudo que seas inmune al frío.

—¿Por qué le colocó el abrigo? —cuestionó Simón a Gian, quien bebía del té caliente que Tova presentó en la mesa—. ¿Está demasiado cerca?, ¿no?

—¿No consideras que preguntas mucho? —pronunció Sonne, el joven tomó una nueva postura, la dama apareció de pronto detrás de él ocasionando que se asuste—. Apenas se ven, solo espera un par de días y ya se estarán matando entre ellos.

—Tiene razón. —aludió esta vez Gus.

Dentro de la sala solo faltaba Mena y el sabio Dante. El segundo le pidió su aprobación para acercarse a la mujer que derrotó a Gamba y poder charlar con ella; se sentía honrado de poder tenerla en Turán.

—No sé, ¿debería decirle hijo? —se preguntó a sí mismo Gus— se siente extraño, ¿me estoy adelantando a los hechos?

—¿Piensas que puede penetrar algo como la atmosfera? —pronunció Yaám a un costado de Gemma. El cielo estaba despejado y no hay señal alguna de maldad—. Lo siento posible, aún no produzco cosas tan resistentes.

—Te equivocas, lo que dejaste antes era eficaz. El grueso fue lo bastante bueno, salvaste al país con algo que consideras "simple". —Complació la Groover elogiando la grumosa capa que cubrió la ciudad al momento de su partida. Es algo que logra generar con los copos de nieve, invisible para un humano común, pero para ellos es algo sencillo de percibir.

—Recibir halagos de tu parte es bastante extraño.

—Me estoy reservando, recuerda que Kan nos detuvo.

—¿Interrumpió? —Yaám se acercó un poco más—. ¿Qué fue lo que corto? —mostró una pequeña sonrisa. Gemma lo apartó.

—No te hagas ideas, querido gobernador.

—No me he hecho ninguna. ¿Tú sí?

—Oigan, es hora de comenzar. —Salvada por una campana llamada: Kan. Gemma más rápido que nada se alejó de aquel chico dirigiéndose a su lugar, por medio de la puerta apareció Dante caminando a pasos lentos a su puesto—. Lamento demasiado tener que ponerlos en esta posición, dado que los resultados que obtuvimos son muy importantes. Hay uno menos en el campo, pero, esto no termina aún.

BÉLKASKA: LA ERA DEL DESPERTAR #3 ✔┆FINALIZADA┆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora