Los alfas también huelen a alquitrán

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A d v e r t e n c i a: Violencia gráfica, privación de la libertad y manipulación emocional. Además de introducción de oc. Esta advertencia se mantiene durante los siguientes capítulos. Así que vayan con cuidado. 

¡¡Muchas gracias por leer!! 

...

El moho crecerá en la pared de la cocina 

hasta que te deshagas de los demonios

—Akuma de Macaroom

...


Futakuchi Kenji, 27 años de edad, beta, empleado de la compañía S., diseñador gráfico especializado en empaques. Ese es su segundo trabajo formal, el primero fue un desastre cuando acabó por dormir, sin querer, con la hija del presidente, al final la beta no quedó embarazada y él prefirió huir a Tokio donde las rentas son caras, la comida es cara, todo es caro, y la gente es una mierda. Su jefe es una mierda, y él sólo se quiere morir. Pero la paga es buena y le alcanza para pagar el alquiler, la comida y el manga al final del mes.

El empaque para un dulce fue su primer trabajo, dicen que el presidente lo vio y fue gracias a él que consiguió un ascenso en apenas dos meses de haber empezado a trabajar ahí, desde entonces siente la mirada asesina de su jefe inmediato apuñalarle la espalda cada tanto durante el día.

Ahora mismo debe de entregar un diseño prototipo para los empaques de galletas, la empresa tiene apenas unos cinco o seis años con una línea de productos comestibles, postres en su mayoría, dicen que es desde que el hijo del presidente nació, sin embargo, lo que hay de cierto, es que los dulces siempre son una buena inversión: 50% de su éxito se debe a su sabor y el otro 50% a la popularidad de su presentación, y es ahí donde él entra.

Toma una de las galletas "demo" que le han dejado mientras que la estudia en silencio. Son en formas de zorros. La galleta es muy bonita por si sola, pero si sugiere que solo la metan a una bolsa transparente será motivo para que su jefe lo despida, le está oliendo la nuca. Odia su trabajo, odia su trabajo, odia su trabajo. Piense mientras cierra los ojos y se tira sobre el escritorio viendo el plato de galletas donde están las demás, cierra los ojos totalmente bloqueado, tiene tres días trabajando en ello, y nada sale de su tonta cabeza. Abre sus ojos y frunce el ceño cuando una pequeña manita tantea por sobre el filo de la mesa hasta que tienta el borde del plato donde están las galletas, enarca la ceja curioso y se incorpora hasta asomarse a un costado de su escritorio.

La manita ha logrado atrapar una galleta y Futakuchi ve a un pequeño niño, agazapado, engullir de un solo bocado medio cuerpo del zorro. Las mejillas redondas del menor se colorean de rojo debido a que sólo el sabor supera a la presentación de la galleta. El niño vuelve a estirar la mano palpando, con esfuerzo, el escritorio alto donde Futakuchi diseña.

El niño se gira para volver a tratar de atrapar otra galleta, pero el diseñador mueve el plato apropósito, y el menor termina por incorporarse del todo para ver qué ha pasado con las galletas.

—Te estás comiendo mi trabajo —dice Futakuchi.

El menor alza la mirada hasta el hombre y sus mejillas se vuelven rojas de la vergüenza.

—Son galletas que hizo el señor Tendou —responde el niño bastante serio aunque después sonríe—. Si me das otra galleta dejaré que te comas una.

—¿Eres estúpido, niño? —pregunta Futakuchi.

El niño abre mucho la boca.

—Dijiste una mala palabra —mueve de forma exagerada la boca el menor y después arruga el ceño—. No le diré a papá si me das otra galleta, y además —se queda pensando—, te dejaré que te comas media galleta, me comeré yo la otra mitad porque no aceptaste mi primera oferta.

Los omegas también huelen a alquitrán [Haikyuu!! - SakuAtsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora