Montando el escenario

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Hay alrededor de seis habitaciones en la casa con sus respectivas camas y baños, sin embargo, sólo se usa una, y cuando Kiryu está de visita, se usan dos: Mamá y papá duermen juntos. 

Atsumu se debe morder la lengua y apretar los puños cuando Kiryu sale del baño y debe de masajear su espalda. Las ganas de apuñalarlo jamás le han faltado en esos años, sin embargo, la vez que lo intentó, y falló, no vio a su hijo por tres días, y la desesperación de saber si estaba bien o no lo volvió momentáneamente loco. Así que se resigna, porque no quiere arriesgarse hasta tener un plan solido. 

Cuando termina de masajear su espalda, es su turno de bañarse bajo la mirada crítica del alfa que lo observa con atención. Atsumu siente la misma repulsión que sintió cada una de las veces que fue tomado a la fuerza por él. Así que se apresura, y cuando termina, desnudos, los dos se van a dormir. Kiryu lo abraza contra él y le besa, con un cariño que parece desbordante, la cicatriz en su nuca. Al omega se le llenan los ojos de lágrimas y prefiere hundir su rostro en la almohada para no sollozar como respuesta. 

Por la mañana toman el desayuno como familia. Atsumu no puede evitar sonreír con cariño al ver a sus hijos comer con ganas el tocino, las tostadas con mantequilla y beber las malteadas, solo cuando va Kiryu es que hay diversidad en la comida, usualmente la comida se limita a huevo, fruta y avena, agua para Atsumu y leche para los niños. Jamás los han dejado sin comer, pero es obvio que estar condicionado a un solo alimento es también una forma de ganarse a los niños, haciéndolos saber que cuando "padre" está las cosas son mejores. 

—¿Qué creen que habrá para comer? —pregunta entonces Kiryu de buen humor, es obvio que esté así de feliz, durante toda la noche paseo su gordo miembro entre las piernas del omega que no dejó de llorar y maldecirlo con los dientes apretados.

—¡Pizza! —grita feliz Taira. 

Seiji mira a su oton que parece cansado, pero no hay signos de violencia, aún así no deja de pensar en lo que escuchó el día anterior. No se atreve a mirar a Kiryu. 

—¿Quieres pizza, Taira? —interroga animado Kiryu—. Sólo la has comido una vez... tu padre te traerá pizza... la comerás con tu madre.

La especificación hace que Seiji y Atsumu alcen la mirada, comparten el miedo. 

—¿Y... y Seiji qué comerá? —trata de sonar tranquilo el omega. 

—Seiji y yo nos iremos a Hiroshima, te lo dije ayer. 

Atsumu mira a su hijo y después al alfa. 

—Creo que es demasiado pronto, Seiji nunca ha viajado, no sin mí... y...

—Una vez tú querías viajar solo con Seiji, ahora es mi turno... será divertido, ¿verdad, hijo?

El menor mira a su padre y asiente con un movimiento mecánico de cabeza, antes de escuchar como Taira se queja porque él también quiere viajar. El desayuno acaba y los padres se retiran. Otra vez están en la habitación donde Atsumu practica. 

—¿Qué mierda intentas hacer? —pregunta el omega furioso. 

—Convivir con mi hijo. 

—¿Tu hijo? Mis pelotas... ese niño, los dos son míos... si le pasa algo, te mataré, te lo juro por todos los dioses, aunque eso significa morir en el intento... estoy... cansado, harto... y...

Una bofetada está por mandarlo al suelo, pero Atsumu se mueve lo suficientemente rápido como para esquivarla, y en cambio aplica una llave que hace al alfa doblarse. 

—Suéltame, ahora —ordena. 

Atsumu presiona más la llave, lucha contra la fuerza del alfa. Es lo más que ha hecho en algunos años a la fecha, pero antes de pensar en su siguiente movimiento es lanzado contra la pared. Gime adorado antes de ver a Kiryu acercarse furioso hacia él. 

Los omegas también huelen a alquitrán [Haikyuu!! - SakuAtsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora