Mauntou~īzeru

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Atsumu da un largo suspiro cuando Fuyuki abre la puerta del auto que lo ha llevado hasta el hotel donde tomará el té. Es parte de sus obligaciones como el esposo de Sakusa Kiyoomi ir a ciertos lugares concurridos por omegas de clase alta. Kiyoomi le ha dicho que no es necesario, sin embargo día tras día puede ver como aparece en su agenda la misma recomendación: Ir al Aman a tomar el té. No es algo que realmente le apasione, ni siquiera le gustaba el té, sin embargo se ha ataviado con un traje blanco y una camisa estampada para ir. 

—¿Tengo que tomar forzosamente té? —pregunta Atsumu a Fuyuki que lo guía en el interior del lujoso hotel. Nota como los empleados dudan apenas unos segundos pero al ver a Fuyuki no tardan en reverenciarlo. 

—El presidente suele tomar vino cuando viene. 

—¿Él viene? —cuestiona Atsumu en voz baja. 

—Sí, según entiendo el presidente Sakusa tiene muy buena relación con el dueño del hotel, el señor Aman —explica—. Entonces, la forma en que le ayuda a fortalecer las relaciones es viniendo de vez en cuando, una vez por semana o cada quince días para decir: Los Sakusa siguen apoyando a los Aman. 

—Ya veo, como publicidad indirecta —reflexiona Atsumu. 

—Así es, señor Sakusa. 

Aún no se acostumbra a escuchar como propio el apellido de Kiyoomi pero lo digiere mejor que antes. 

—Aunque es... inusual que lo haga el presidente, usualmente la hora de té está reservada casi exclusivamente para omegas... —señala el chofer mientras le abre el elevador a Atsumu. 

—Claro, si yo no vengo... él tiene que venir. 

—Así es.

Ahora el omega se siente un poco mal, Sakusa había estado absorbiendo responsabilidades que no le correspondían, tuerce ligeramente los labios, y rasca su mejilla aprovechando que están dentro del elevador. 

—¿Hay más cosas que son importantes que haga? —cuestiona Atsumu con autentica preocupación. 

—Pues básicamente todo lo que está en su agenda, señor —sonríe amablemente el chófer. 

—Bueno, solo ponen ahí que debo de ir a tal lugar y así pero nadie se toma la molestia de explicarme nada —se cruza los brazos enfadado—. Si hubiera sabido que esto era tan importante hubiera venido desde antes... aunque odio a los otros omegas —se queja y Fuyuki se ríe—. ¿Suena tan malo como imagino?

—Procure mantener su opinión para nosotros, señor Sakusa. 

—Gracias, Fuyuki —sonríe totalmente agradecido antes de que las puertas del elevador se abran en el exclusivo restaurante de diseñador que tenía el hotel en su zona VIP.

—Buenas tardes —recibe un hombre que está a la entrada detrás de un podio de madera y cristal que tiene grabado con metal el logo del restaurante, es el hostess—. ¿Cuenta con una reservación?  —pregunta a Atsumu directamente pues Fuyuki se ha quedado unos pasos atrás recibiendo una llamada de la oficina.

—Ah... —entrecierra la mirada—, sí, soy Sakusa Atsumu. 

—¿Sakusa Atsumu? —el hostess no deja de sonreír pero le parece complicado relacionar el nombre con la lista que tiene, la aprende casi de memoria ese día y no recuerda a nadie con ese nombre—. ¿Lo están esperando?

—Nop, debo estar en la lista de reservación —insiste Atsumu sonriendo. 

El hostess mira de arriba a abajo al omega y después asiente sonriendo yendo a su tableta digital para buscar en las reservaciones de esa hora. No hay nadie con ese nombre. 

Los omegas también huelen a alquitrán [Haikyuu!! - SakuAtsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora