🔆Capítulo 6| Fiesta de Grace 2🔆

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POV CHRISTIAN

Vi por el rabillo del ojo que mi padre se aproximaba con un Martini en la mano y la otra metida en el bolsillo del pantalón. Carrick Grey, a su edad, aún conservaba su encanto; era un hombre de muy buen porte y atractivo para cualquier mujer.

Me preparé mentalmente para su acercamiento, aunque el fastidio y el asco que me producía su falsa sonrisa me provocaron unas náuseas imposibles de evitar.

Me preparé mentalmente para su acercamiento, aunque el fastidio y el asco que me producía su falsa sonrisa me provocaron unas náuseas imposibles de evitar

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-Buenas noches. —Te ves muy bien, hijo. Me palmeó la espalda y soporté, molesto, su tacto; luego me dio un
abrazo rápido, intentando guardar las formas.

Yo parecía fallar en cada intento, pero aun así continué pretendiendo disimular.

A diferencia de mí, estaba a la vista que a Carrick no le estaba costando fingir. Sabía de sobra que él era el gran maestro de la farsa.

-Qué frialdad con tu padre...

-Mamá, ya soy todo un hombre. Somos adultos, ¿qué pretendes?

-Christian, qué alegría verte, chico.

Cerré los puños, apretándolos a los lados de mi cuerpo, cuando reconocí
la voz de mi exsuegro. Al levantar la vista, vi que se aproximaba hacia
nosotros.

-Leonard, lo mismo digo -contesté, fijando mi mirada en él; nonestaba preparado para que se acercara junto con Leyla.

-Hola, Chris. ¿A mí no me saludas?

-Por supuesto, estaba a punto de hacerlo.

-¿Has visto qué bonita está? Y sigue sin novio.

Desestimé el comentario de mi madre, que había vuelto a repetir la adulación, pero en ese instante sin importarle que todos, además de mí, la estuvieran oyendo.

-No me mires así, no he dicho nada malo, sólo la verdad; además, seguís haciendo muy buena pareja... y por algo será que ninguno ha vuelto a tener una. «Sí la tiene: ella se tira a tu marido.»

Guardé mis pensamientos y cogí una copa de champán de la bandeja de un camarero que pasaba por mi lado. Me tomé del tirón la bebida, evitando
mirarla. Sin embargo, el burdo espectáculo que ofrecía era difícil de pasar por alto.

Sin duda Leyla se merecía el premio Óscar de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas... Se había acurrucado entre los brazos de su padre, para recibir un beso que éste le dejó en la sien mientras
se mostraba tímida.

Asistente de Compras - Grey 《Christian y Ana 》Libro1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora