🔆 Capítulo 20| Mi primer cliente🔆

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POV ANASTASIA

Todo estaba puesto a punto. José se había encargado de que estuviéramos presentes en todas las redes sociales y, como era un especialista en ello, además estábamos muy bien posicionados en los buscadores de Internet, precisamente para que los usuarios nos encontraran antes que a otras empresas que brindaban nuestros mismos servicios.

Ya sólo bastaba que los teléfonos comenzaran a sonar

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Ya sólo bastaba que los teléfonos comenzaran a sonar. Las expectativas que tenía me hacían presentir que muy pronto iniciariamos a jugar en las grandes ligas, ya que la gente, según los estudios de ventas que habíamos realizado, cada vez quería moverse
menos de su casa, por lo que acudía a estos servicios para poner en sus
manos su imagen, con el fin de verse correcta en cada momento. Además, no sólo se trataba de comodidad, pues había quien contrataba a expertos en moda porque no tenían ni la menor idea de cómo lograr un aspecto apropiado.

En ambos casos, yo estaba preparada para todo. José nos había inventado una gran trayectoria en París, que
cualquiera podía comprobar aunque ésta no fuera cierta, ya que él sabía
muy bien cómo hacer un poquito de trampa sin dañar a nadie, puesto que
podía hacer magia con un ordenador al crear un perfil en línea que sólo un genio como él sería capaz de descubrir que era falso.

En fin, se trataba de usar todas las armas al alcance de nuestras manos para triunfar. El talento de mi amigo fue uno de los principales motivos por los que no me parecía justo que, por no tener un título, no pudiera acceder a un gran trabajo y tuviera que conformarse con servir cafés.

Él procedía de una familia muy humilde y con muchos hermanos.
Cuando su padre murió, como hijo mayor tuvo que hacerse cargo de salir a trabajar de lo que fuera para echarle una mano a su madre. Eso hizo que
tuviera que posponer sus sueños. Muchas veces había querido ayudarlo
económicamente para que lo lograra, pero su orgullo le había impedido
aceptar.

Por suerte, cuando le propuse venir conmigo a Nueva York logré convencerlo de que lo hiciera porque le aseguré un puesto de trabajo en The Steele Company, y eso hizo que no sintiera que le estaba dando una
limosna, sino una oportunidad para que pudiera obtener ese título a la vez
que trabajaba en lo que realmente era bueno.

Los tres estábamos tan entusiasmados con la tarea que nos tocaba llevar a cabo. Kate era la encargada de la logística para conseguir potenciales clientes, al igual que de los números de nuestro negocio.

Lo que hacía José ya lo he explicado, y quien os habla iba a ser la imagen visible para tratar con el cliente y asesorarlo en todo. Pues bien, tras pocos días de ofrecer nuestra asistencia, comprendimos que no nos habíamos equivocado y que eso se convertiría muy pronto en una mina de oro.

La semana anterior había tenido entrevistas en las tiendas de ropa de firmas importantes, y con ello me había podido hacer de grandes cupones de descuentos que nos serían reembolsados después, en las compras de nuestros primeros clientes. El boca a boca parecía ser lo mejor en este tipo de negocios y, por ello, nos alegramos mucho cuando todos aquellos a los que habíamos atendido en esos escasos días nos prometieron que nos recomendarían.

Asistente de Compras - Grey 《Christian y Ana 》Libro1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora