🔆Capítulo 28|¡Quiero ser su fantasía eterna!🔆

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POV CHRISTIAN

Me levanté rápidamente del sillón, algo aturdido, quizá porque en ese instante sabía fehacientemente que no había error posible, y que, al igual que la vez anterior, lo que había sentido al hacerla mía de nuevo no tenía punto comparación con ningún otro puto momento vivido antes..., pero lo que másdesconcertado me tenía era que estuviera sintiendo eso, así, tan rápido. «Sólo debe tratarse de atracción física.»

Sí, estaba seguro de que era eso, ya que ella se había convertido en
alguien a quien muy pronto debería renunciar.

—Eeeh... Usaré el baño que está aquí- señalé en la dirección donde se
encontraba; —tú puedes ir al de mi dormitorio.

—Gracias.

Cuando volví a la sala, ella aún no había regresado. Me puse la ropa
rápidamente y me di cuenta de que Anastasia, antes de salir de allí, había
recogido también la suya. Cuando apareció, tenía de nuevo un aspecto
impecable, sin ningún rastro de recién follada, y lo lamenté.

Quizá no tendría que haber sido tan cobarde y debería haberla alcanzado en lahabitación; probablemente en esos instantes podría tenerla enredada entre mis sábanas y bombeando dentro de ella por segunda vez, pero... era mejor así, no quería que advirtiera lo mucho que la deseaba.

No era prudente crear entre nosotros falsas expectativas y, por consiguiente, un polvo rápido cada vez que nos viéramos sería correcto, pero acurrucarnos en unacama podría resultar realmente muy peligroso, y no quería que las cosas pasaran a ese nivel, ya que muy pronto debería renunciar a mi libertad.

—¿Qué ha sido eso? —preguntó cuando llegó a la sala.

—¿El qué?

—Se ha oído un ladrido.

—Ah, es mi perra. Me avisa para que no me olvide de ella. —Está en la
habitación de huéspedes; es que, si la hubiese dejado andar por la casa, te
aseguro que hubiera estado en medio de nosotros todo el tiempo. —Es muy
obediente, pero a veces puede ser muy posesiva conmigo.—¿Te gustan los perros? ¿Quieres conocerla?

—Desde luego, me tienes intrigada.

Me fui rápidamente a buscar a mi can. Maya estuvo feliz de verme cuando abrí la puerta.

—Oye, compórtate. —Demuestra que tienes educación y no saltes sobre
Anastasia; sé una buena chica.

Ella estaba de pie sobre sus dos patas traseras y apoyada en mi cadera
mientras le hablaba. Le acaricié la cabeza y besé su húmedo hocico, y
luego empecé a caminar para que me siguiera.

—Aquí está, te presento a Maya.

—Aquí está, te presento a Maya

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—Oh, por Dios, es preciosa.

Anastasia se puso en cuclillas y la perra se comportó muy bien, haciéndome quedar de maravilla.

Asistente de Compras - Grey 《Christian y Ana 》Libro1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora