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Año: 1680

Edad: 280 años

-¡Uhhh! Eso va a dejar una marca- dijo Sade entre risillas a su hermana Lidia, y los dos vieron a su hermano Jordan, levantarse del piso con mucho trabajo.

La mansión Salazar, más que una casa, era una fortaleza de entrenamiento, no había descansos, no había días libres y no había cambios. Llevaban mucho tiempo en este juego, no había ningún hermano que no supiera del destino que les esperaba y el camino que debían recorrer para completarlo.

-¿Quién sigue?- preguntó Trisha con una sonrisa de superioridad.

Uno de los hermanos se levantó y se ofreció a intentar destronarla en su tirada invicta.

Cuando acaban sus actividades, misiones y entrenamientos, todos los hermanos se reunían en el cuarto más grande y uno por uno, peleaban mano a mano, quien ganará, se enfrentaba al siguiente y así hasta que hubiera un solo ganador.

Trisha, una de las hermanas mayores, le fascinaba patearles el trasero a los menores, por ello siempre se nominaba a ir primero y por un buen rato, mantenía su victoria.

Cabelleras blancas, con diferentes estilos, cortes y largos, se reunían a divertirse un poco, con la esperanza de ganarle a alguno de los mayores, aunque eso jamás había pasado.

-Es buena, ese viaje a Rusia, la regresó aún más agresiva- dijo Lidia a su hermano mayor y Sade asintió.

-Sí- admitió Sade- Últimamente ha logrado durar más en las peleas- agregó-¿Cómo está tu costilla por cierto?- se burló, dándola un pequeño golpe justo en el torso

-Que seas mayor no quiere decir que no pueda regresártelo- dijo dándole un golpe en el estómago

-Lidia, Sade- los llamo Janette desde el otro lado del cuarto, todos guardaron silencio- Cualquier pelea, que sea dentro del ring- señaló el tapete de entrenamiento donde Trisha tenía a uno de sus hermanos menores atrapado en una llave.

-Gracias mamá- contestó Lidia con burla- Pero yo ya pase, dile a tu hijo que pase él- dijo señalando a Sade

-En un rato mami- siguió el juego Sade

Janette volteó los ojos y la pelea en el centro concluyó en Trisha derrotando a su oponente, de nuevo.

Janette era la mayor de la casa, desde hace muchos años, cuando escaparon de la casa de su padre, ella había asumido la responsabilidad de sus hermanos bajo sus brazos, los había cuidado, protegido y criado. Pero ya no eran niños, y ya no necesitaban a alguien que los cuidara, necesitaban ser entrenados.

-Deberías pasar- dijo Lidia después de un rato- Poner a Trisha en su lugar siempre se siente bien- le recordó

Sade rio y concentró su mirada en su hermana tomando otra víctima para engrandecer su ego.

-Le daré unas rondas más- concluyó

Lidia era fuerte y esa era su ventaja en el combate, podía noquear a alguien de un sólo golpe, pero su problema era la impulsividad, se lanzaba en ataque, siempre era la primera en soltar el primer golpe, en atacar, eso algún día la metería en problemas.

Trisha tiro a una de sus hermanas al suelo, impidiéndole moverse.

-Uh, Leash me mostró cómo salir de esa- dijo Lidia con emoción y al escuchar el nombre de la pelirroja, todos voltearon con interés- ¿Has sabido de ella?- pregunto Lidia

-Supe que estaba en Ucrania- contestó Sade en voz baja, sabía lo mucho que su hermana mayor apreciaba su privacidad-Pero...- negó con la cabeza

-Sin cura para Zack- completo ella y Sade asintió, un suspiro de derrota.

En memoria a Leash SalazarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora