Las Tres Lunas

¿𝐃𝐞𝐬𝐚𝐩𝐚𝐫𝐞𝐜𝐢𝐝𝐚?

—¿La encontraron?—Rosé se fue a sentar a los sillones

—Nadie la ha visto— Cristopher acomodaba su ropa —Fui con los Jung y no saben nada—

—No se pudo ir tan fácil— SeokJin seguía de pie —Taehyung nos va a matar por esto—

—¿De qué están hablando?— El antes mencionado entró a la casa —¿Dónde está Victoria?—

—Creo que lo mejor es que tomes asiento— Rosé se acercó a su hermano —SeokJin tuvo una pelea con Victoria y no aparece desde la mañana—

—¿Qué?— Se levantó de un solo salto —¿Por qué no me dijeron?—

—Cuñado cálmate, pensamos que estaría en algún lugar conocido pero ya llevamos horas buscándola—

—Ella parece gato, se mete en lugares donde menos imaginamos, ¿En qué lugares buscaron?—

—Buscamos con Hyuna, cerca de la casa de Yoongi y los jardínes de la familia Mark's—

—¿Vieron a Camila?— Los dos miraron mal a Taehyung —Perdón ¿Buscaron en la biblioteca?—

—¿Que parte de que no aparece por ningún lado no entiendes?— SeokJin rodó los ojos

—Tu eres el menos indicado de reclamar— Rosé quería golpearlo—-Tú deberías de buscarla solo... ¿Habrá ido a una cantina?—

Taehyung rascó su frente —Las cantinas abren después de las 6:00 y ella se fue desde la mañana—

—El día de la fiesta de Palacio, Rosé y yo encontramos una nueva cantina, puede estar ahí—

—Pero está demasiado alejada del pueblo y lo sabes, parece que está escondida de todo el mundo—

—Cristopher llévame a ese lugar y tú SeokJin vas con nosotros—

—Yo también quiero ir con ustedes— Rosé se levantó

—No amor— Cristopher se acercó a ella —Ya sabes—

—Es mi hermana, quiero ver si está bien— Se hizo a un lado

—Alto ahí loca— Taehyung la detuvo —No te puedes arriesgar así—

—Quiero que regresen los cuatro a dormir a casa—

—Así será amor— Le dió un fuerte abrazo —Vamos a regresar con ella—

—Estaré despierta cuando lleguen— Los tres asintieron —Cuídense—

~Horas atrás~

Victoria llevaba horas caminado sin ver a ningún lado —¡Genial! estoy perdida— Caminó hasta que algo llamó su atención —𝐽𝑒𝑜𝑛'𝑠 𝑏𝑎𝑟— Decidió acercarse y tocar la puerta —¿Hay alguien aquí?—

La puerta fue abierta dejando ver a un hombre de no más de 30 años, cabello negro y ligeramente ondulado, el cuerpo muy bien definido, a simple vista se veía que era un extranjero

—Buenas noches señorita— El hombre se recargó en la puerta y sonrió —¿Te puedo ayudar en algo?—

—Yo... La verdad es que estoy perdida y no quiero regresar a casa ¿Crees que pueda entrar?—

—Claro, bienvenida— Se hizo a un lado y para que entrara —¿Quieres algo de tomar? La casa invita—

—¿Qué me recomiendas?— Fue a sentarse cerca de la barra