¿Amor?

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-Buenos días, Princesa Victoria.- Dijo el guardia en voz alta, mientras abría la puerta. -Su esposo, el Príncipe NamJoon, la está esperando en la biblioteca.-

-Muchas gracias, puedes retirarte.- Y el guardia se marchó de la habitación. Victoria se levantó del lecho y caminó lentamente hacia la puerta de su habitación. Llamó tres veces a la puerta, podía oír el sonido de las páginas del libro que estaba leyendo su esposo. Después de unos segundos, la puerta se abrió y una voz dijo: "Pase".

Victoria entró a la habitación e hizo una reverencia ante NamJoon.

-Buenos días, querida. No esperaba vinieras tan pronto.-

Victoria se sentó en una butaca y dijo: -Sí, lo sé, pero tengo algo importante que hablar contigo. Milagrosamente te dignaste a hablarme.-

-Por supuesto, habla.-

-Cariño, ayer envié a Margareth a avisarte que deseo cambiar de habitación. No me siento cómoda con la situación actual.- NamJoon parpadeó, sorprendido.

-Perdona, no recibí ninguna noticia acerca de esto. ¿Por qué quieres cambiar de habitación?.-

-Este último mes he estado pensando mucho en esto, siento que, si queremos mostrarnos ante el mundo como una pareja perfecta, es conveniente compartir la misma habitación y aparentar que dormimos juntos.-

-Pero, ¿Qué dices, Victoria?.-

-Hemos estado casados durante siete meses, y aunque no sentimos nada el uno por el otro, al menos deberíamos mostrarnos ante el mundo como una pareja unida. No es mucho pedir, ¿no te parece?.- NamJoon sintió una mezcla de frustración y tristeza.

-Lo siento, pero no puedo fingir que te amo.-

-Yo tampoco te amo, y nunca lo haré, pero, desde el momento en que nos comprometimos, he hecho muy bien mi papel de novia y luego, de esposa. Por lo menos, intento apariencias.-

-¿Es eso todo lo que esto significa para ti?, ¿Esto es una relación por conveniencia?.-

-No me estoy quedando por conveniencia, me casé contigo porque no quise ver a mi familia ser castigada por haber osado desobedecer las órdenes del príncipe. Estoy atada a ti, y no dejaré que le hagas daño a mi familia, porque esa es la condición que me impusiste.-

-¡Callate!.- Victoria dio un respingo y se levantó. La mirada de él se clavó en los ojos de ella, y sus ojos se clavaron en los de él. Entonces, de repente, NamJoon tomó a Victoria por la cintura y la besó. En un principio, ella intentó resistirse, pero el beso era tan poderoso, tan urgente...

Entonces, como si hubiera un resorte que hubiera sido liberado, Victoria tomó a NamJoon por el cabello y lo besó con más intensidad. Ella no se sabía qué estaba pasando, ni qué es lo que le estaba sucediendo. Pero sabía que él no la había tocado con esa ternura desde que se casaron, y le era imposible resistirse a la oportunidad. Su corazón estaba tan confuso, tan abrumado...

Él tomó a Victoria en brazos, y ella rodeó sus piernas en torno a la cintura de él. De repente, ambos estaban en una posición cómoda, aunque la situación se estaba volviendo poco confiable. Su cuerpo respondía, pero su cabeza estaba en otra parte, intentando entender lo que estaba pasando. El corazón de ambos latía con fuerza, y empezaron a sentir una nueva sensación, como un cosquilleo diferente.

Las Tres LunasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora