El amo

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Aviso: Contenido sexual explícito

Hacía una semana que Chrollo había salido a una misión y por alguna razón aquel día me encontraba extremadamente caliente, hice un par de fotos sugerentes y se las envié, con suerte conseguiría que apareciera por casa aunque fuese un rato. No recibí respuesta de su parte, sabía que las había visto pero no respondió. Me estaba ignorando deliberadamente.

<<¿No te gustan mis fotos?>>

 
<<Te necesito...>>

<< T/N , ahora no.>>

Esa fue su única respuesta, incluso por mensaje percibía la autoridad pero aquel día me encontraba especialmente atrevida así que le envié otra fotografía, aún más explícita que las anteriores.

<< ¿De verdad no puedes venir? >>

Volvió a ignorarme de nuevo, finalmente asumí que no iba a hacerme caso y terminé por mi misma, quedando ligeramente insatisfecha. Yo nunca lograba hacerme sentir de la forma en la que él lo hacía, escapaba a mi comprensión pero así era la realidad: no era buena masturbándome. 

Horas más tarde recibí una llamada suya.

-Digamelón.- usualmente se reía cuando lo saludaba de aquella manera dulce y divertida pero no fue así.

-Estoy yendo a casa, tendrás tú collar puesto cuando llegue. ¿Entendido?- un escalofrío atravesó todo mi cuerpo, era una orden clara y concisa, se notaba que no estaba para bromas.

-Sí, señor.- tartamudeé .

No dijo más, solo colgó el teléfono y yo me quedé unos segundos de con el aparato en la oreja mirando a la nada.

Desperté del ensimismamiento y me apresuré a darme una ducha rápida, elegir uno de sus conjuntos de lencería favoritos y colocar en mi cuello una de las correas más bonitas que teníamos.

Estaba terminando cuando escuché la puerta abrirse. 

-Las buenas mascotas reciben a sus dueños en la puerta.- nada más escuchar aquello corrí hacia la entrada, no quería enfadarlo más de lo que ya estuviera. 

-Bienvenido.-  Quise besarlo como saludo pero él respondió con un simple roce, extremadamente breve. Sus dedos alcanzaron la cadena que se unía con mi collar y la enredaron en torno a su mano . 

-Vuelta.- ordenó haciendo que girara sobre mi misma bajo su atenta mirada. Su cara no reflejaba ninguna emoción pero al menos no parecía decepcionado . 

Suspiró antes de volver a hablar. 

- Eres preciosa - sus nudillos acariciaron suavemente mi mejilla por unos momentos, con su mirada fija en la mía y después comenzó a andar , como la cadena estaba en su mano me vi obligada a seguirlo por la casa. 

Observé cada uno de sus movimientos en absoluto silencio, desde cómo se cambiaba de ropa por algo más cómodo hasta cómo buscaba un libro en la estantería y lo dejaba en la mesa auxiliar del salón, finalmente se sentó sobre nuestro enorme sillón y yo me quedé allí de pie frente a él. 

Chrollo LucilferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora