Monstruos internos

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La joven se encontraba sentada en su escritorio, tratando con todas sus fuerzas de concentrarse en aquello que le ocupaba, mas su cabeza no paraba de volver una y otra vez a aquellas palabras que alguien le había dedicado días atrás.

-Él siempre guarda las cosas más bonitas por un tiempo para uso personal y cuando ya no le satisfacen más, las desecha. Pasará lo mismo contigo así que no te acomodes demasiado.- ni siquiera recordaba el nombre de la persona que se lo había dicho pero cada palabra se le clavó en el alma y cuantas más veces lo recordaba más profunda era la herida, una herida a la que no estaba dando atención. Y como ya era costumbre para ella, empujó sus malos sentimientos hasta una esquina de su conciencia para así ponerse a estudiar de nuevo.

Así pasó el tiempo, no volvió a recordar el tema porque en vez de eso su cuerpo comenzó a acumular estrés debido a la enorme carga que le generaba la universidad y el trabajo a medio tiempo, T/N sabía que en cuanto Chrollo apareciese por la puerta todos sus problemas se disiparían como un ambientador barato pero eso no fue lo que ocurrió en aquella ocasión, su amado canceló la cita con una excusa que a ella le pareció poco creíble y repentinamente aquellos horribles sentimientos cogieron fuerzas y se apoderaron de todo.

Llevaba un mes sin verlo y había pasado toda la tarde poniéndose bonita para él, esperaba poder disfrutar de un merecido fin de semana con la persona que más quería en el mundo después de una horrible semana de exámenes y varias discusiones con sus compañeros de trabajo.

Así que con las ilusiones rotas se tumbó en su cama mientras las lágrimas corrían por sus mejillas y abrazaba un pequeño peluche que el moreno le había conseguido en una máquina de gancho durante una de sus primeras citas.

Enormes seres hechos de sombra que se alimentaban de su desesperación se cernían sobre ella susurrando sus más temidas preocupaciones:

"Seguro que se ha aburrido de ti."

"Puede que a estas alturas ya tenga a alguien mejor."

"¿En serio pensabas que eras suficiente?"

"Eres tonta e inútil, inservible. Ni siquiera eres guapa. "

"¿Por qué alguien como él querría estar contigo? "

"Probablemente solo le dabas lástima. "

No pudo callarlos por más que lo intentó.

La falta de autoestima no hizo más que hundirla profundamente en sus propios pensamientos negativos hasta que se quedó dormida presa del agotamiento mental.

Se despertó a la mañana siguiente con los sentidos atrofiados, su cuerpo estaba aún más agotado que la noche anterior por eso cuando la puerta principal de su casa se abrió, ella se había quedado dormida de nuevo.

El moreno cerró la puerta detrás de si y colgó su propio juego de llaves en el armario de la pared, allí estaba, de pie en el recibidor con un ramo de flores y una bolsa de papel llena de bollería.

-¡Buenos días!- habló alto para que pudieran escucharle desde cualquier lugar de la casa.

Dejó las cosas sobre el banquito que usaban para cambiarse los zapatos y se quitó el abrigo. Chrollo estaba tan acostumbrado a aquel lugar que hacía todo de manera automática mientras analizaba la estancia en busca de novedades , ya fueran buenas o malas.

No había nada fuera de lugar por lo que no comprendía por qué su querida novia no había acudido a recibirlo si sabía a ciencia cierta que estaba en casa. Frunció el ceño y se dirigió a la cocina donde dejó las flores y el desayuno para más tarde.

A continuación entró en la habitación , definitivamente había muchas señales que le indicaban que algo no iba bien . Se sentó en el borde de la cama y acarició con sumo cuidado la cara de la mujer.

Chrollo LucilferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora